Capítulo 02: Batalla en el Inframundo

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(Advertencia: Capitulo largo)

La Diosa Menor de la Devastación obtuvo ese nombre porque en cada batalla en la que fue llamada destruyó ella sola a sus adversarios con nada más que una lanza, provocando caos en sus alrededores. Llamadas popularmente como "reinas de la batalla" las lanzas fueron usadas desde el inicio de los tiempos, debido a que su fabricación no era complicada y no gastaba muchos materiales, muchos Dioses creían que Nyra lo usaba por la simple razón de que era efectiva.

Ninguno se imaginaba que la lanza que ha acompañado miles de años a Nyra se la regaló Gian cuando este obtuvo su primer reconocimiento personal.

Felaket, desastre en turco, era el nombre que Nyra le puso a tan maravillosa pieza.

Creada con madera recolectada en la Ciudad Ambulante, Gian hizo que un elfo le forjara la hoja usando la esencia de un fuego fatuo para hacerla resistente a la magia y que fuera un buen conductor de su propio poder. Debido a esto, la hoja si bien era muy resistente, cuando era expuesta al fuego podía moldearse a gusto, facilitándole a Nyra cambiar de ataque.

La forma típica de Felaket era de una Guja/Archa o también como un Bisento

A Nyra le encantaba que su hoja no mantuviera una forma recta, sino más bien curva y de gran anchura, esto porque de esa manera al momento de moverla podría tener más impacto y era más cómoda al usarla. Cuando su contrincante exponía puntos débiles precisos extendía la hoja usándola como alabarda, el filo delgado siendo perfecto para apuntar a esos lugares.

Hace 30 años atrás Nyra tuvo una fuerte pelea con un minotauro que, al momento de embestirla con su cabeza, atravesó y rompió la madera de su arma. Causando que uno de los cuernos del minotauro se enterrara en su abdomen y la arrinconara en un árbol, prácticamente clavándola a este. Enojada por aquello, esa vez Nyra sostuvo ambas partes de su arma y le clavo el filo en el hocico de la criatura y la madera en su ojo. Usando sus piernas para romperle el cuello.

Nyra no era experta en reparar armas y, al ver que la madera no podía recuperarse y la sangre del minotauro había podrido la hoja, apenada tuvo que dejar los restos en su templo. En una de las tantas visitas de su hermano, este le pidió el arma destruida para ver si podía hacer algo por ella, en aquella ocasión Nyra aceptó que Gian se la llevara pero no dejó esperanzas en volver a ver su arma.

Por eso cuando Gian le enseñó una nueva y muy mejorada Felaket, Nyra no pudo evitar gritar de emoción, lanzándose hacia su hermano para arrebatarle el arma y así poder tocarla, apreciando los cambios.

La lanza actual mantenía su mástil de madera, solo que la versión de ahora parecía tener runas o inscritos extraños alrededor de ella. Además si bien la parte superior mantenía una especie de Lanza que tenía dos tipos de corte, en la parte inferior tenía la forma de una guadaña, en una de sus esquinas estaba el dibujo de un dragón negro, lo cual enamoro todavía más a Nyra pues le daba un atractivo a la vista.

Algo que compartían ambos lados era una esfera dorada en el centro de las hojas. Era brillante y si se acercaba una de las manos a ellas podía sentir una especie de calor emanando de estas.

—¡¿Como lo lograste?! — Preguntó extasiada, su rostro resplandecía de euforia al tener el arma en sus manos, su voz más elevada de lo habitual demostrándole a Gian lo acertado que fue su elección al momento de repararla. — La madera una vez destruida perdió todo vínculo con el elemental de la tierra y la hoja se pudrió con la sangre.

Gian sonrió, mostrándose muy satisfecho consigo mismo. — Hice que Hefesto la volviera a forjar, pero con otros materiales y añadiendo algo extra.

— ¿A sí? — Preguntó extrañada Nyra, dándolo un vistazo más detallado a Felaket. — Tiene escritura élfica en el mástil, creo, algunos trazados son runas eso sí lo puedo asegurar. Pero no pareciera que quien hizo estas runas hiciera el diseño del dragón ¿O me equivoco? Además... — Sus dedos recorriendo la hoja, el suave toque aun así provocando una fina herida. — El arma en si tiene buen peso, lo cual es extraño pues la diferencia en ambos extremos es muy obvia, pero las hojas no están frías ¿Qué usaste para crearla de esta manera?

La Maldición del Dragon NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora