One Shot [Caché]

10. Infiel (2da Parte) FIN.

Me sonrió sin dejar de besarme. La deposite suavemente sobre la cama, me puse sobre ella, pero ejerció presión sobre mi cuerpo obligándome a acostarme.

Levanto mi buzo y le ayude a retirármelo, llevo rápidamente sus manos a mi pantalón y lo desabrocho. Volvió a besarme con desesperación, nuestros movimientos eran rápidos y algo violentos, parecíamos dos amantes que no se habían visto en años y quizás así era, en ese momento no pensaba en nada que no fuera en hacerle el amor a la chica de mis sueños.

Retire por completo mi ropa quedando en igualdad de condiciones con Poché, donde cada sensación era reconocida por mi cuerpo. Era casi estar en un dejavú permanente.

Mi cuerpo y mi alma estaban cumpliendo su sueño, mientras mi mente luchaba por mantener la poca cordura.

Cordura que a los 2 minutos después de que Poché besara mi cuello se esfumó por completo.

Empezaba a anochecer, unas gotas de lluvia empezaban a caer sobre las calzadas, no me importaba mojarme, me sentía la persona más feliz del mundo, llevaba una sonrisa enorme en el rostro. Entre a mi cafetería favorita y ordené un soufflé con una taza de café, me senté en la mesa de siempre y los recuerdos de lo sucedido horas antes aparecieron en mi mente.

-          Mi amor, ¿qué haces aquí? – Laura acompaño su saludo con un beso en mi mejilla.

-          Eeehh necesitaba despejarme un poco.

-          ¿Bloqueo?

-          Si, no he logrado escribir nada hoy. ¿Y tú? – le pregunte más para desviar el tema.

-          Pensé en comprar el sufflé que te gusta y llevártelo.

En ese momento el mesero se acerco con mi pedido.

-          Mira justo ese jaja. Joven me podría traer un té de matcha por favor. – le dijo al mesero, quien solo asintió con una sonrisa.

Compartimos el soufflé mientras Lau me mostraba pinturas y técnicas de dibujo en un libro, después hablamos sobre la boda y los detalles que para mi no tenían importancia, como el color de las servilletas o de qué forma estarían encima del plato.

Entonces la sonrisa que tenÍa en el rostro se me esfumo por completo, y toda la culpa cayó en picada a mi hombros, le había sido infiel y ya no estaba segura de querer compartir mi vida con ella.

- Eres una maldita desgraciada Daniela - pensé en ese momento al ver cómo Laura animadamente me mostraba sus trabajos.

Dani, amor, ¿me has escuchado? – la voz de mi prometida me sacaba nuevamente de mis pensamientos.

-          Si, disculpa. Tengo la cabeza en otro lado. – lleve mi mano a mi frente para hacerme un pequeño masaje haciendo más creíble mi excusa.

-          Te está pasando seguido, quizás debamos llamar de nuevo a la doctora Sandoval, es una buena psicóloga, tú sabes que lo necesitas de vez en cuando, el estrés puede ser...-interrumpí

-          No, lo prometiste. Nada de médicos ¿lo recuerdas? – sujete su mano en señal de súplica. -mejor cuéntame como ha estado tu día, ¿qué tal la clase de dibujo del cuerpo humano?

-          Cielo, te dije que no daría mas una clase de ese tipo, me resulta complicado, sobre todo el trato con los modelos.

-          ¿Pero, te fue bien con María José cierto? – dejo de revisar el libro y me miro con desilusión. ¿se habría dado cuenta de lo que me estaba pasando con ella?

-          Dani, claro amor, todo bien pero no sé. – su tono de voz fue de angustia y tristeza.

Quizás la había herido, era posible que ella pudiera sentir todo. Decidí cambiar el tema, Lau no merecía esto de mí.