Capitulo 11

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Se escucha un golpe, baje escaleras corriendo, era mi tía, estos días he estado muy alerta. Ella suele hablar sola o simplemente empezar a llorar, yo solo la callo y la abrazo, ella me agradece como siempre, nunca tuvo a alguien que hiciera eso por ella.
Hoy es fin de semana, y pienso ir otra vez a la casa de Adriano a vigilar, me despido de mi tía después de desayunar y voy a su encuentro.
Siempre tengo fe de que este ahí, en esa casa, esperándome a llegar, a quedarme con el, a no dejarlo ir.

-sigue soñando- dice mi compañera, de la forma más agria, posible.
-hasta que muera- digo orgullosa, he avanzado, me siento bien.

Llego al lugar, ya empieza a detallarse un poco lo desolado. Entro por la ventana, siempre lo hago, me da como emoción. Extrañamente escucho voces dentro, me incorporo rápidamente y las sigo, Es el.
La emoción me llena, las lagrimas amenazan con salir, lo extrañe tanto.
Pero no esta solo, puedo contar dos personas más. Una silueta femenina y una masculina, hablan seco, no están orgullosos de estar ahí.

- Necesito eso ya- dice calmado el hombre misterioso, está confiado, sabe lleva las de ganar.
- Es el único recuerdo que me queda, no te lo puedo dar así como así.- dice Adriano ya enfadado, lo miro y siento mariposas en el estomago, ha cambiado, su confianza, ya no es la misma.
- Si quieres te doy algo a cambio por ello.- dice la mujer, acercándosele tentativamente mientras desliza sus manos por su pecho, metiéndolas en su camisa y al mismo tiempo se arregla el escote, dejándole ver mas busto del que debería.
Me enojo y muevo algo, mierda.
Se cae un adorno cerca a mi, no pude hacer nada.
Solo escucho un, "no quiero acostarme contigo, puta." de Adriano y automáticamente se dibuja una sonrisa en mi rostro, de las que el solo puede causar.
Escucho unos pasos que se acercan, me atraparon, la ventana esta muy fuera de mi alcance, no tardarían en dar conmigo.
Adriano es el primero en verme y se sorprende de verme ahí, pero a la vez sonríe con la escena de mi tapándome la cara con las manos. No entiendo porque lo hice parezco una nenita.

-debes irte -me dice frunciendo el ceño, no esta jugando. Extrañaba ya mirar esos ojos pero ellos ¿cambiaron? Se había puesto lentes de contacto, ahora sus ojos eran miel, y su cabello cambio de avellana, a unos mechones de oro, no puedo negar que estaba muy atractivo.
El hombre y la mujer entraron a la habitación, me fulminaron los dos con la mirada, esta ves no dude y se las devolví, me di cuenta de la expresión de asombro en la cara de Adriano ante mi arrebato, me sentí orgullosa.

- ¿ quién es ?- dijo la chica.
-¿ quién eres tú?- dije prepotente.
- quien te crees para hablarme así perra - dijo sarcástica.
- me creo alguien decente que no anda mostrando todo, a cuan joven se le cruza.- esta vez mire a Adriano, se dio cuenta de eso y me dedico una media sonrisa, alzo las cejas y me deletreo "celosa" yo solo rodee los ojos.
- Ahhh ya creo que entiendo, es la niñita por la que estabas mal, por la que no aceptabas nada de mi. - dijo enojada. ¿quién se cree para enojarse.
- no se de que hablas.- dije brusca.

Pero medí cuenta que el hombre, no había echo ningún comentario, ni se había movido desde que llego, sentí su mirada, me analizaba, y entendí, Adriano escapaba de ellos. ¿habrá más ?, El hombre terminó su inspección y se dirigió a la mujer, le susurro y se fueron sin mas.

La habitación se quedo en silencio, Adriano agarro mi mano y me guío hasta el sofá, nos sentamos en silencio, el fue el primero en romper el hielo.

- lo siento- dijo.
- ¿que lo sientes?- dije preparándome para todo lo que podría decir.
- por dejarte sola, fui un cobarde pero tienes que dejarme ir. - dijo triste, no podía permitir eso.
-que pasa Adriano, todo ese cambio de imagen, que te alejes de mi, no me hace bien.- le digo frustrada, estoy realmente frustrada.
- a mi... A mi me persiguen, no quiero hablar de eso, pero no permitiré que te pase nada, ya te vieron, ya saben de ti, tenemos que irnos, los dos y no es una pregunta. - se notaba que hablaba enserio pero que haría el conmigo, no estaba del todo bien, solo le traería más desequilibrio mental.
- ¿a donde?-pregunte instantáneamente.
- a donde seas feliz mi vida. - me regalo una sonrisa amplia, no me imagine que lo vería así, todo despreocupado y solo por mi, creo que esto durara, pongo mi fe en eso.

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HOLA, lo siento por no publicar, estaba muy ocupada, los quiero.
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Gracias por leer. 📜

Una Suicida Mas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora