Capitulo 5

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¿Qué esta pasando?

Trato de levantarme, y me encuentro atada con un brazo a la cama... ¡Mierda, mi papa!, intentó sacarme de esta situación pero es imposible, siento como brotan las imágenes de lo ocurrido aquella noche, ¿fue ayer? las lágrimas brotan sin remedio por mis mejillas. ¿qué carajos esta pasando donde estoy?.

-tienes que hacerlo- dijo esa voz tan conocida.

-¿por que ahora?, ¿por que no mañana?-dije tratando de entender lo que acababa de decir, no le encontré sentido.

- tenemos que hacerlo, date cuenta que eso es lo único que puede salvarte, que puede hacerte olvidar, a tu papa, tu vida y si mueres en el intento, ¡que más da! No tienes que perder-dijo tranquila, más tranquila de lo que me imagine.

-ehhh... supongo que es lo más razonable-dije, seguía llorando no podía creer ¿por qué no puedo ser feliz?, Todo siempre gira entornó a lo malo.

No aguante y grite, grite como nunca había gritado, grite por ella, grite por mi mama, grite por mi papa, grite por mi vida, grite por el colegio, grite porque no aguantaba las ganas de hacerme daño, de cortarme, de ver salir la sangre hasta desvanecer me con la esperanza de que nadie me encuentre.

-¿Alexa?-dijo, esa voz que, sin pensarlo me calmo, las lágrimas pararon y me concentré en ella, dejándolas retumbar en mi cabeza, me gustaba que dijera mi nombre.

No estaba molesta con mi papa, le tenía miedo, pero todo lo que me hace me lo merecía, siempre me lo merezco pero sólo algunas veces llego a la conclusión de que no, no me lo merezco debo salir de esa casa lo más rápido posible y empezar por mi, sin embargo nunca voy a poder estar bien con ella ahí, impulsando me a hacerlo.

El esta ahí todavía pensé que se había ido.

-Adriano, ¿dónde estoy? -dije agitada.

-en mi casa-dijo con expresión despreocupada.

-y ¿por que estoy atada?- dije con rabia, me llene de tal deseo, de desquitar me con el, por todo, nunca había sentido tal deseo...

-temía que hicieras algo- dijo con la voz apagada, con una media sonrisa, que se fue apagando de su rostro como si hubiera recordado algo.

-y quien dice que tu me vas a parar, de hacer con esto lo que quiera - dije refunfuñando.

-a mi, me importa lo que hagas, solo te traje aquí para no sentirme culpable si el cerdo de tu papa te mataba, haz lo que quieras no te detengo. -dijo fuerte, aunque sentí que se quebró, se arrepintió de lo que había dicho pero no lo dijo.

-¿ qué carajos? a mi me vale, que tu te sientas culpable o no, me hubieras dejado ahí y me ahorraría todo esto, ahora ¡ suelta me ! Déjame largarme y hacer lo que quiera con mi vida.-dije fría, no me importaba nada ya.

Me soltó y abrió la puerta, me iba a dejar ir, yo no quería irme... sabía que si me iba yo misma iba a arrepentirme de lo que pasaría.

Salí por la puerta sorbiendo la nariz, me di cuenta que yo pasaba todos los días por aquella casa, era la única que le daba color a un barrio oscuro. Salí por la puerta cuando siento que me agarran del brazo es el, por favor que no me deje ir.

Lo miro a los ojos, esos ojos azules que fueron los únicos que me acompañaron cuando caí rendida por el impacto del golpe. Ellos me pedían que regresara, ellos no querían que me fuera, ellos sabían que iba a pasar. Pero me dejaron, Adriano volteó y entro en su casa cerrando la puerta al hacerlo.

La raza humana siempre va por sus intereses sin importar los demás, aunque esos mismos sean de su propia especie.

Llore, llore sin más, tenía que regresar, salí corriendo, llorando, sudando, cerré los ojos esperando a que mi cuerpo me llevara a un lugar mejor, me equivoque, me encontraba perdida.

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Hola, no había podido escribir más capítulos pero aquí está, si les gusto no duden en votar y si quieren comentarme lo que sea comenten, gracias. 🌟✨

Una Suicida Mas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora