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En la zona centro de una urbanizada ciudad, se podía ver una elegante limpia y pequeña cafetería, por las transparentes ventanas se observaban las mesas con cómodos asientos estilo sofá color café, dentro también se veían a los clientes que no eran muchos a las diez de la mañana ya dos empleados atendiendo en la barra. En una de las mesas cerca de la ventana estaba un chico de pelo negro, suéter oscuro con una camiseta roja debajo ya pesar de que la mesa lo tapaba y no era visible, llevaba un pans a juego con el suéter y un par de tenis blancos .

Alear es un joven chico que en su vida no ha tenido mucho contacto con mujeres, no es particularmente feo, por el contrario, es bien parecido, no debería tener muchos problemas para iniciar una relación con una, de hecho, tampoco es que sea especialmente tímido o antisocial, la razón de su soltería era un completo misterio para la mayoría de las personas, aún así, aquí estaba él, sentado en una mesa de esta cafetería frente a una hermosa chica castaña de una voluptuosa figura que vestía una sudadera azul y un pantalón pegado café, esa chica era su amiga de la infancia a quien no había visto en mucho tiempo y que repentinamente lo había llamado, en cuanto al "¿por qué?" él no lo sabía, simplemente ella le había pedido que fuera a verla a ese lugar.

--¿Está todo bien Leona? - Preguntó Alear preocupado por ella, era raro que le pidiera verse de esa forma tan repentina cuando nunca lo había hecho antes.

--Sí, no te preocupes, no es nada malo .-- Contestó risueña la mujer, le puso de buen humor ver que su amigo seguía siendo tan amable como siempre al menos con ella. --¿Recuerdas a Diana? .--

El chico asintió con la intención de no contestar y solo dejar que su amiga continúe hablando pero al final decidió hablar. --Sí, claro que la recuerdo, ¿pasa algo malo con ella? .- 

Alear se puso más serio, el ambiente de la conversación se volvió tenso, definitivamente Leona no buscaba esto así que tenía que calmar las aguas. --Todo está bien, no pasa nada, no te preocupes, ¿es tan raro que quiera verte? .-- Preguntó la castaña curiosa por la insistencia del hombre frente a ella intentando sonar dolida, pero no cambió mucho su expresión y él solo suspiró en alivio de que no hubiera un problema.

--La ​​verdad sí, siempre estás con Diana, hace años que no nos veíamos en persona, apenas sé que existes cuando llegamos a conversar .-- De la nada, Alear se calló, estaba sonando como una novia celosa, cuando la realidad es que poco o nada le importaba, sí, la apreciaba y quería que estuviera bien, pero nada más, estaba conforme con saber de ella por mensajes. --Como sea, ¿Qué querías decirme? .--

La hermosura frente a él mantuvo su sonrisa ante su impaciencia aunque un deje de nerviosismo se manifestaba en su interior. --Ella y yo tenemos que hablar contigo, pero vendrá más tarde ¿no te importa verdad? .-- Preguntó la chica más como una forma de avisar, ya que no debería haber ningún problema con eso aún si Alear no quería.

--¿Por que me importaría? Entonces, ¿no me dirás que es hasta que llegue? .-- Aunque su tono hasta ahora mostraba impaciencia por saber el motivo, su expresión al terminar su frase se volvió más calmada, aceptando tranquilamente esperar.

--Creo que será lo mejor Alear .. ¿por qué no aprovechamos que por fin nos vemos y hablamos un poco? .-- Propuso Leona alegremente. Alear se recargó hacia atrás en su asiento cruzándose de brazos y mirando por la ventana a la bonita ciudad en esta mañana nublada, le gustaba este clima, estaba de humor para disfrutar un café y conversar con una querida amiga como Leona.

Él la conocía desde la escuela, nunca fue alguien que disfrutara de hacer amigos, pero tampoco era alguien que no pudiera hacerlos, Leona y otra chica habían sido sus únicas amistades en el colegio, la conocía desde los 10 años, cuando cumplieron 13 años, llegó a su escuela una nueva chica que se volvió inseparable con la castaña, Diana, una hermosa chica de cabello blanco y piel pálida, su amiga más cercana, a los 17 formalizaron una relación entre ambas, lo que sorprendió a muchos ya que nunca mostró signos de tener esa preferencia sexual, aunque él se lo imaginó ya que ese par de bellezas nunca tuvo novio y eso era imposible en cualquier otra situación, pero no tuvieron mucho problema al menos con las personas cercanas a ellas, las aceptaron fácilmente, actualmente, a sus 23 años, vivían juntas en unión libre y llevaban una buena vida, todos ellos tomaron caminos separados cuando ingresaron a una universidad, pero ellas se la pasaban todo el tiempo juntas y no se volvieron a ver con él, la otra chica se había casado y se había mudado a otra ciudad en donde obtuvo trabajo ella y su esposo en la misma empresa por lo que tampoco supo de ella más que por mensaje. 

League of LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora