Fanatismo

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En las afueras de una prestigiosa y lujosa escuela privada, se podían observar a los estudiantes de dicha organización, vestidos con elegantes uniformes negros, mientras entraban en grupos con singular seriedad, la mayoría de ellos habían llegado en lujosos automóviles, incluso limosinas y todo tipo de vehículos de lujo, como era el caso de un mercedes negro con brillantes adornos de plata que se detuvo justo frente a la institución.

 --Te veo en unas horas...-- En el asiento trasero del coche, un joven chico pelinegro de complexión delgada y rasgos faciales bastante atractivos, se despedía de su hermana mayor de forma casual y libre de la presión que se asentaba tanto en los otros chicos.

--¿Unas horas? Sé que puedes hacerlo en menos tiempo hermanito-- La aterciopelada, suave y un poco madura voz de una mujer de 26 años le contestó con la confianza que indicaba lo cercano de su relación. A diferencia de él que vestía el uniforme de la escuela, ella llevaba tacones negros a juego con sus pantalones largos y anchos debajo de las rodillas y una blusa manga larga blanca como su largo cabello albino, cada prenda indicaba que ella pertenecía a un mundo de lujos y riquezas, pero el indicador más grande de ello, era su penetrante mirada depredadora y arrogante de sus dorados y brillantes ojos, que se dirigía hacia su "pequeño" hermano con un enorme cariño y amor desmedido.

El nombre del chico es Deyt, un joven de 18 años, estudiante de ultimo año de preparatoria y hermano menor de la mujer más rica del planeta... bueno, podría no ser la más rica, pero no estaba muy lejos de serlo, tenía una fortuna heredada de tamaño planetario. Ella se había hecho cargo de él desde que sus padres murieron hace 10 años, ella se encargó de cuidarlo y educarlo... la hermosa mujer a su lado, lo había hecho correr 3 horas diarias desde que tenía memoria, lo había sometido a innumerables tratamientos costosos para su cara , piel y dientes e incluso tenía la extraña actitud de no dejarlo tener amigos varones, él no la entendía, pero la quería mucho y agradecía que se diera el tiempo de convivir con él siempre, a tal punto de casi nunca pasar por sus empresas más que para supervisar que todo vaya bien y en su lugar siempre estaba al pendiente de él.

--Supongo que sí Evelyn .-- La mencionada sonrió por la forma en que su hermano se dirigió a ella antes de irse, rara vez la llamaba por su nombre y disfrutaba mucho cuando lo hacía, miró por la ventana del auto como el joven caminaba relajadamente dentro del edificio y mientras el chofer comenzó a conducir, ella giraba su cabeza para ver por la ventana al pelinegro, con una sonrisa y una actitud hasta infantil, totalmente impropio de su apariencia madura y elegante.

Hoy era un día especial, los alumnos de aquella escuela presentarían el último examen que decidiría si obtendrían o no su certificado de preparatoria y podrían graduarse. Por ello es que la mayoría de ellos se encontraban nerviosos o preocupados, salvo unas pocas excepciones como lo era él y su confianza.

Deyt miró a sus alrededores un poco extrañado, él esperaba ver a su fanática número uno, Luxana, estando ahí para apoyarlo, pero para su sorpresa, no fue así, ella era un año menor que él, por lo tanto, no tenía obligación de hacer este examen, aún así, era de esperarse que la chica fuera por él, al menos así pensaría cualquiera que hubiera visto su actitud hacia el chico.

Todas las cosas que su hermana había hecho con él, desde el ejercicio, tratamientos, cuidados y demás, tuvieron un impacto notorio en su popularidad con las chicas, pero de todas, la más interesada por él, fue Luxana, una chica rubia y linda que tenía conductas un poco exageradas, pero sin lugar a dudas, no perdía para nada en contra de las admiradoras de cualquier artista musical o actor de películas y vaya que esas personas llegaban a extremos bastante... delicados. Incluso se acercó a su hermana con la intención de saber más de él, a su hermana le encantó esa chica y le hablaba siempre durante horas, su pequeño hermano era su único tema, esas dos le dieron más de un dolor de cabeza al pobre Deyt . 

Al joven estudiante no le importaba realmente, al menos en la superficie, pero secretamente, le molestó un poco que ella no fuera tan leal y devota como afirmaba ser, por que él era demasiado posesivo y de cierta forma, había comenzado a ver a su "fan número uno" como algo suyo.

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