Capítulo 4

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Lunes, 12 de julio (presente) -Bryce Bauer-

—Nos la quedamos— dije sin pensarlo dos veces

—Ya he cerrado el trato con los padres, será nuestra en dos días.

—Ganaremos mucho eso lo tengo claro.—dije mientras entrabamos a nuestra casa.

—Eso espero porque no nos va a salir barata.

—Merece la pena, tiene un cuerpo bonito, es joven... Todos los contribuidores harán lo que sea por conseguir algo de ella.

—Uno de ellos me dijo el otro día que iba a grabar algo y necesitaba a una chica, podemos dejársela por una alta cantidad de dinero y conseguir más de lo que hemos dado por ella.

—No, primero estará conmigo, después ya se la dejaré a los demás— no pienso dejar que nadie la toque hasta que yo lo haga, eso lo tengo claro.

—Tenemos que tener cuidado. Cuando pase la frontera dejará de ser Emma Holland, uno de nuestros chicos ya tiene preparada una identidad falsa, un visado y un pasaporte, toda su información personal será eliminada y será como si el mundo se la hubiera tragado.—dijo mi padre con un entusiasmo que ni yo me lo creía

—Me gusta su nombre, la verdad me da pena cambiarselo.—respondi

—Tenemos que hacerlo, si no podrían sospechar.

—¿Cómo se llamará ahora? ¿Cuál es su nueva identidad y su nueva historia?

—Toma, aqui tines. —mi padre me pasó una carpeta, en ella había una foto de Emma y todo sobre su nueva identidad y su nueva historia.

Marisha Petrov, mujer Rusa de 25 años de edad, casada con Bryce Petrov.
Sus padres murieron, su familia no se quiso hacer cargo de ella, por lo cual estuvo desde los 9 hasta los 18 años en un orfanato Ruso en Novosibirsk, a los 18 años se fue a Moscú a estudiar Ingeniería Militar, a los 20 años conoció a Bryce Petrov y dos años después se casaron.

—Marisha Petrov, me gusta.— dije dejando la carpeta encima del escritorio del despacho y cogiendo la foto que había, me la metí en el bolsillo de mi traje— me voy a dormir, mañana tengo que hacer cosas.

—Hasta mañana hijo.

Martes, 13 de julio (presente) -Bryce Bauer-

Me despierto y lo primero que hago es mirar la hora, 7:00am, hoy tengo muchas cosas que hacer, estos días son muy importantes, tenemos que idear un plan para sacar a Emma/Marisha de Estados Unidos y poder llevarla a Rusia, no es la primera vez que lo hacemos, hace ya como un año sacamos de el país a dos hermanas, tenían 13 y 17 años, nos las llevamos hasta Ucrania, una vez allí se las entregamos a unos compradores, la policía metió sus narices en nuestros asuntos, pero nunca encontraron pruebas que me incriminan a mi o a mi padre, las dos chicas aparecieron muertas en dentro de una nave a las afueras de Ucrania, porlo que la policía digo a la pequeña le quitaron corazón y riñón y a la mayor la torturaron hasta que murió después de tres días.

Pero bueno, ese no es mi problema y lo que hagan con las chicas después me da igual, yo me llevo el dinero, entregó a las chicas y me olvido de que existen.

—Bryce, ven aquí por favor— gritó mi padre desde la cocina.

—¿Que pasa?

—Acabo de hablar con los Bauer, mañana a la 13:00 horas tendrás la casa sola, prepara el operativo y haz lo que tengas que hacer.

—¿Hire solo?

—No creo que nuestros hombres puedan llegar en menos de 24horas, si te ves capacitado si, irás tú solo.

—Y tanto que estoy capacitado para hacerlo, solo que me gustaría que nos mantuvimos comunicado por si pasa algo.

—Vale, y haz lo que tengas que hacer con ella, solo traela.

El tráfico de personas no es uno de los operativos más comunes que solemos realizar, normalmente suele ser con armas, drogas, o crear documentaciones falsas para que expresidiarios o fugitivos puedan salir del país de manera ilegal, así que esto es bastante complicado.

Llegaré a casa de sus padres, empezaremos por las buenas, la mayoria de veces a ver armas o simplemente al sentirse amenazadas suelen aceptar, pero claro siempre esta la lista de turno que se hace la fuerte y quierecerrarme la puerta en la cara, asique cuando eso pasa, lo único que importa es entregarlas vivas. 

Miercole, 14 de julio (presente) -Emma Holland-

El ruido del timbre sonaba en la entrada, mis padres habían salido a hacer Dios sabe que, así que estaba sola, baje a la entrada y abrí la puerta.

—¿Bryce?

—¿Puedo pasar?— respondió dando un paso hacia delante.

—Si claro— me di la vuelta y sentí las manos de Bryce sobre mi vientre y la otra apresurandose a mi boca— ¡que haces, para!

—No te resistas— de un momento a otro ya no tenía fuerzas y momentos después me quedé inconsciente.

—Buena niña, me has dejado el trabajo facil.

Casada con la mafiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora