tres

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Tres.

No les digas tu nombre,

—Está loca.

—Solo está teniendo una fuerte impresión.

—Mientras más rápido te deshagas de ella, Andrómeda —dijo la mujer rubia con apatía—, más feliz seré.

—Todavía no está bien, Cissy, no la puedo dejar así.

Hermione carraspeó.

—Tranquila —la mujer que, Hermione suponía, se llamaba Andrómeda, se acercó aún más a ella y pasó sus largos dedos, con mucha delicadeza, por su rostro—. Estarás mejor pronto, te lo prometo.

—Siempre has sentido debilidad por las niñas, ¿no, Andy? —se burló la mujer rubia.

—No soy una niña —contestó Hermione con brusquedad mientras miraba a la mujer con fiereza. Ella no se veía mucho mayor que Hermione, no tenía ningún derecho a llamarla niña.

—Tiene agallas —reconoció la otra, a la que habían llamado Bella.

La mujer rubia no respondió, simplemente miró fijamente a Hermione mientras pasaba con lentitud la lengua por sus labios; parecía haber visto algo interesante en ella, porque su tono de voz cambió por completo.

—Me llamo Narcissa —dijo con amabilidad y se acercó a Hermione aún más. Sus movimientos eran casi felinos—. ¿Cuál es tu nombre?

—Hermione —contestó con voz firme.

Alguien se rio burlonamente, pero ni Hermione ni Narcissa le hicieron caso.

—¿Recuerdas cómo llegaste aquí? ¿Recuerdas algo?

Hermione la miró a los ojos y sintió como si se estuviera sumergiendo en un mar de agua cristalina, pensó (y sintió) que tenía cierto poder hipnotizaste. A su mente llegaron todo tipo de imágenes, los rostros de Ted y Dean, el bosque, su imprudente caminata solitaria, la oscuridad, el miedo, un grito y...

—Un tigre plateado... alguien gritó y un tigre salió de detrás, no recuerdo nada más. Me desmayé luego —murmuró, masajeándose la cien—. Y desperté.

—Con que no sabías lo que le había pasado, ¿no? —preguntó Narcissa, mirando acusadoramente a Andrómeda.

Ella ni siquiera se preocupó en aparentar inocencia.

—Había un dementor en el bosque —respondió Andrómeda sin inmutarse—. La atacó, iba a robarle el alma si no intervenía. Y luego estaba allí, ¿entiendes? No podía dejarla sola, podría haber más cerca.

—Hiciste magia frente a una muggle, Andrómeda —dijo Narcissa con seriedad.

—Ése no el problema —replicó Andrómeda mirando a Narcissa con el ceño fruncido—. Lo que deberías preguntarte es que qué hacía un dementor en el bosque. Son muy peligrosos.

—Podrían estar buscando a alguien —murmuró Narcissa mirando de reojo a Bella. Andrómeda cambió su expresión de enfado por una divertida.

Bella se río en voz baja y miro a las otras dos mientras abría y cerraba la boca, como si quisiera decir algo, pero no pudiera.

Hermione estaba totalmente perdida

—¿De qué...? —No le gustaba sentirse desplazada—. ¿De qué están hablando? ¿Qué es un dementor?

—Eres la nueva heroína de los muggles ahora, Andy —dijo Bella, aplaudiendo e ignorando por completo la pregunta de Hermione—. ¿Qué sigue ahora? ¿Casarte con uno de ellos? ¿Por eso la trajiste aquí?

Parecían estar en su propio mundo, ignorando por completo la presencia de Hermione.

—¿Eso te haría infeliz? —preguntó Andrómeda con picardía. Bella acentuó aún más su sonrisa—. Bien, entonces me la quedo; y les voy a pedir que se vayan de aquí porque quiero empezar de una vez. —Volvió a pasar sus dedos por la mejilla de Hermione pero mucho más lentamente, de tal forma que logró ponerle los pelos de punta—. Y a menos que quieran escuchar a la señorita y a mí...

Hermione, que empezaba a pensar que ella era la más amigable de las tres, se echó bruscamente hacía atrás y chocó con la cabecera de la cama. La intrigante expresión del rostro de Andrómeda cambió por una mirada cargada de diversión.

—Soy Andrómeda, por cierto —dijo con una sonrisa amigable y luego señaló despreocupadamente a la última mujer con la mano—. Y ella es...

—Bellatrix —intervino ella—. Un gusto.

Hermione habría estado sorprendida por descubrir que ella tenía un lado amable, pero en ése momento tenía cosas más importantes en la cabeza.

—¿Que es un muggle...? ¿Qué es un dementor...? ¿Qué...?

Bellatrix y Andrómeda se miraron y a Hermione le pareció que podían saber lo que estaban pensando con ese simple gesto; sin embargo, y para sorpresa de todas, fue Narcissa quién actúo.

Volvió a mirar a Hermione a los ojos mientras metía con lentitud una mano en su bolsillo, Hermione siguió la trayectoria de su mano, intrigada por lo que le mostraría; Narcissa extrajo un delgado palo de madera, Hermione no sabía que pensar.

—Es mi varita —explicó Narcissa, sonriente—. ¿Qué quieres que haga con ella?

—¿Qué? —Hermione la miró sin comprender.

—Intenta convirtiéndola en rata —sugirió Bellatrix con tono despreocupado.

Narcissa la ignoro y miró, por breves segundos, la ventana de la habitación. Hermione no entendía nada y fue en ése momento que pensó, por primera vez en su vida, que estaba volviéndose loca.

—Mira —dijo, sacudiendo el palo de madera frente a los ojos de Hermione.

Ella no sabía que esperar, pero trato de seguir la trayectoria de la varita y casi se cayó de la cama cuando vio que Narcissa, de alguna manera, consiguió reducir el tamaño de la mesa en la que minutos antes había estado sentada. Ahora, la mesa parecía pertenecer a un juego de muñecas.

—¿Qué son...? Ustedes... ¿Qué es lo...? —Las palabras salieron atropelladamente de sus labios.

—Brujas —respondió Andrómeda con tranquilidad.

Hermione pasó la mirada de una a otra con los ojos muy abiertos, estaba asustada y bastante impresionada; las tres le sonrieron burlonamente antes de reírse en voz alta.

Ted tenía razón.

***

Bellatrix queriendo convertir a Hermione en rata es uno de mis conceptos favoritos. Creo que esta Bellatrix se parece más a la del canon que cualquiera que haya escrito antes jsjsjs

Brujas [BELLAMIONE AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora