Cuatro.
no pruebes su comida,
Tenía la esperanza de que, cuando abriera los ojos, vería el techo de su propio cuarto. Su corazón dio un vuelco cuando descubrió que estaba en la misma habitación desconocida. Se levantó y examinó los alrededores, no había rastro de ninguna de las otras mujeres y eso no consiguió tranquilizarla en lo absoluto. No sabía que pensar, estaba claro que no eran lo que alguien calificaría como normal, pero ella se negaba a creer que fueran brujas.
Pensó en la historia, se obligó a recordar cada detalle y cayó en cuenta que era demasiado antigua y ellas eran demasiado jóvenes para estar relacionadas. Todo había sido producto del cansancio y su imaginación, se dijo, aunque eso no terminaba de explicar que hacía allí.
Se acercó a la ventana para ver al sol en su punto más alto, Hermione calculó que debían ser las tres de la tarde y luego se apartó. El bosque era muy espeso y desde allí no podía ver el pueblo, ¿cuán lejos estaría? No recordaba haber caminado tanto y dudaba mucho que Andrómeda pudiera cargarla por mucho tiempo, no parecía tener la fuerza necesaria.
Escuchó voces en el piso de abajo y fue a abrir la puerta.
Empezaba a tentarle la idea de cruzar el pasillo hasta la escalera y bajar a verlas, la impulsaba su curiosidad y sus ansías de descubrir la verdad, aunque la parte más razonable de su cerebro le gritara que eso era peligroso. Su debate interno duró poco y, antes de que pudiera arrepentirse, ya estaba en los últimos cinco escalones de la escalera.
Bajó con cuidado y se encontró en una sala, una muy parecida a las que aparecían en las casas de los nobles ricos de las películas de época que, secretamente, le gustaban. Narcissa estaba sentada en uno de los muebles y, cuando la vio, le hizo una seña para que se acercara. A Hermione no le quedó otra opción que obedecer.
—¿Te sientes mejor ya? —preguntó Narcissa. Hermione no sabía que responder y Narcissa pareció comprenderlo—. No te preocupes, los dementores pueden asustar a cualquiera. Son criaturas horribles, tuviste suerte de que Andy estuviera cerca.
—¿Qué son? —inquirió Hermione a la vez que tomaba asiento con lentitud en el sitio que Narcissa le señalaba, justo a su lado—. ¿Qué son esas cosas? No conozco ningún animal que se llame así, aquí nunca se ha escuchado de ellos y mucho menos de ataques, ¿qué son?
Narcissa escudriñó el rostro de Hermione por unos cortos segundos y luego empezó a recorrer toda la habitación con la mirada. Hermione sabía que estaba buscando una respuesta a su pregunta y eso avivó su curiosidad.
—No son animales —dijo Narcissa con suavidad—, son seres nauseabundos que se alimentan de la felicidad y los recuerdos alegres de la gente. Son muy peligrosos.
—¿Qué? —Hermione la miró con escepticismo.
—Reacia a creer en la magia aun cuando ya te demostré que existe, ¿no? —Narcissa parecía divertida—. Eres muy interesante, Hermione, otros en tu lugar estarían arriba pidiendo piedad, muertos del miedo o intentando matarnos a todas; sin embargo tú estás más preocupada por resolver tus dudas y demostrar que todo esto es una farsa, ¿me equivoco? —No espero respuesta—. Lástima, tendrás que convencer a tu dura cabeza de que soy una bruja de verdad.
Narcissa extendió su brazo y Hermione lo miró, curiosa; no pasó mucho tiempo para que descubriera lo que estaba haciendo. Se echó para atrás cuando vio que la caja de madera que estaba en la mesa se acercó flotando hacía la mano extendida de la mujer. Narcissa sonrió al ver la cara de horror de Hermione.
—Comete un chocolate —dijo, abriendo la caja y poniéndola en su delante. Hermione negó con la cabeza y Narcissa cogió uno, se lo enseñó por unos segundos y se lo llevo a la boca—. No está envenenado, ¿ves?
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Brujas [BELLAMIONE AU]
FanfictionEn el fondo del bosque viven tres brujas... y Hermione tuvo la mala suerte de encontrárselas. (Bellamione con un leve toque de Andromione y Cissamione, nada demasiado raro)