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Arrogué 150 euros a la mesa de la recepción, con aquella suma cubriría un mes viviendo en el departamento en el que vivía. Era horrible en una palabra, subí por las escaleras que rechinaban, quizas por la antigüedad pero no me importaba.

Caminé por el pasillo y el olor a madera humeda inundó mis fozas nasales y en eso recordé la gran gotera que tenía en el baño quizas este todo mojado o peor aún inundado, en solo pensar en el tiempo que tardaría en limpiar me sentía agotado.

Entré a mi habitación y cerré la puerta con brusquedad, ya se me estaba haciendo costumbre hacer eso. Fui directo a la cocina, abrí el viejo refrigerador y saqué una botella de whisky, tomé un trago.

Mi vida era difícil, triste, demasiado, pero dicen que uno debe aceptar la vida tal cuál Dios se las regaló. Creo que soy el único imbécil tiene una mierda como vida, ¿Así que debo agachar mi put* rostro y aceptar mi condena? Tomé otro trago. Caminé hasta el baño y abrí la puerta y el agua mojó mis zapatillas un poco degastadas. Tal como lo predije la maldita gotera estaba de nuevo. Tomé otro trago. Miré la botella que tenia entre mi mano, el líquido estaba ya por la mitad.

Caminé hasta mi cama y me recosté dejando caer mi peso en ella. Miré el techo, ¿Qué mal había hecho para vivir una vida así? ¿Porqué mi vida era tan vacía, sin sentido, sin vida?

Familia lo que se podría llamar "familia" no tenía, un padre idiota fue lo único que existió en mi vida. Un padre al que un "hijo" no era sinónimo de amor. Era mi único "familiar" que conocía, mi madre había muerto según mi padre pero bastaba conocerlo para saber que era mentira. Él era alcohólico, un borracho infeliz que volvía a casa a veces después de tres o cuatro dìas con ganas de golpearme e insultarme, lo único que veía en sus ojos era odio y más odio. A veces no comìa durante días y realmente a nadie le importaba si estaba vivo o muerto. Juré mil y una veces que no sería un imbecíl como él pero aquí me tienen, bebiendo.

Me levanté, dejé la botella en la cama y caminé a mi inundado baño, me miré al espejo, ¿En serio mi vida era un desastre o tendría solución? Miré mis manos e inconscientemente estaba abriendo un frasco de medicamentos. Me miré de nuevo al espejo, suspiré y tragué todas las pastillas que contenía aquel transparente frasco. Una lágrima cayó delineando mi nariz y desalizándose por mis labios. Me sentí mareado, sentí mis pies flojos ¿Ese era mi final? Pues no era doloroso como alguna vez pensé que sería. Traté de sostenerme en el lavamanos pero no sentìa mis manos, sentí mi pecho doler era un dolor punzante pero tolerable. Cerré mis ojos y me dejé caer.

Suicidal Life|Ziam (pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora