Capitulo 4

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-No le hallo el problema mamá-le dijo divertida.
-Cielo,ve a vestirte,tu madre esta un poco estresada-le dijo su padre.El señor Hale tenía un don de tranquilizar a las personas,era un señor muy amable y muy conservador,pero sin duda era le sueño más guapo que pudiera existir en Los Ángeles,tenía los ojos azules,como el azul del cielo y tan claros como el agua del mar.
Adriana dió un respingo y se fue a cambiar,en su opinión,pensaba que su madre exageraba,abrió su closet y saco un vestido color azul con puntos blancos que se amarraba al cuello y se puso unas zapatillas blancas y termino de retocarse el maquillaje,para dejar ver el cuello se hizo una coleta y se hizo rulos con la pinza.El color de los ojos de Adriana resaltaban más gracias al vestido.
Cerró la casa y entró al carro:
-¿Mejor?-preguntó con sarcasmo
-Te ves muy bien cielo-le dijo su padre con sonrisa orgullosa
-Gracias-le contestó

Pensó que irían a un restaurante de comida rápida como lo acostumbran hacer los viernes pero todas las ideas se le vinieron a la basura cuando el auto se estacionó en frente de "Vittorio's",el restaurante más elegante y costoso que pueda existir en L.A,toda esa idea de "vestir bien" no era el agrado de Adriana,ya que cada quien puede usar lo que quiera y la regla de etiqueta era una tontería.
Se sentaron en una mesa en exterior del restaurante y la poca brisa que había la recobijaba y la hacia sentirse en otro mundo,en un mundo en donde ella quería estar,sin nadie y sin nada.
El cielo se veía hermoso,despejado,con una ola grande de estrellas acomodadas de diferente forma dando luz a todo el mundo.
El ver las estrellas la hacia sentir emocionada porque quería ser astrónoma pero sus padres,más su madre,no le agradaba tanto y se molestaba un poco porque era un trabajo muy bueno pero las ideas de ellas eran erróneas para ambos.
-Cielo,¿te gusta este lugar-le dijo su padre
-Este...pues...¿si?-dijo Adriana titubeando
-Bueno,el hecho de venir a cenar hoy aquí es por una razón-le contesto él
-¿Y esa cual es?-preguntó
Antes de que el padre de Adriana contestara esa pregunta,el mesero llego a la mesa e interrumpió la conversación:
-Buenas noches a todos ustedes,esta noche seré quien los atenderá-Adriana volteó a ver al mesero y se quedo con la boca abierta cuando se dio cuenta de que ese camarero era el mismo que la había atraído cuando ella se tropezó.

Lamentablemente no sabía el nombre de él,ya que era muy guapo,y lo peor de todo,es de que le ardían las mejillas de la vergüenza.

"Juego de verano"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora