Hace un tiempo estoy intentando amigarme con las redes sociales. Realmente siento que me esfuerzo.
Elijo fotos todo el tiempo para subir a Instagram. Las miro. Pienso descripciones. Armo la publicación y antes de dar el botón de subir me arrepiento.
"Vamos de a poco" pienso. Mejor una instastory. ¿Para qué? Pierdo más tiempo dudando en subirla o no, que lo que me llevo sacarme la foto. Me preocupa el que puedan decir de mi.
Me miro al espejo. Soy delgada, tanto que mi mamá vive diciéndome que tengo que comer más, con cara de asquito. Me toco los hombros. Parecen filosos. Me toco las clavículas y el tórax. "Vieja me voy a morir" pienso. Me siento bien así. Hasta que recuerdo a mamá y su cara de asco. "Que asco que soy, realmente necesito subir de peso".
Me alimento en las cuatro comidas. Me alimento bien. Siento que mi cuerpo es así y ya. ¿Por qué mierda tengo que comer más? Tengo peso promedio, no estoy desnutrida.
En casa me pasa eso. Abro las redes y es otro mambo. Subir fotos mostrando el cuerpo, en bikini, o sola me aterra. Me siento descaradamente hipócrita subiendo fotos de mi, porque encajo en el estereotipo, y es algo que no me puedo permitir. Soy casi-hegemónica, soy flaca, altura casi promedio y blanca. No me puedo quejar, no soy quién para quejarme. Debería agradecer ser así y callarme la boca.
Los comentarios de twittear y los posteos en Instagram no dan tregua. Si sos delgada o muy delgada no te quejes. Por ser alta, sin acné, rubia o simplemente como yo, delgada, no tenés permitido sentirte acomplejada, ansiosa, triste, baja de autoestima. Naciste con privilegios, tantos, que tus problemas giran en torno a tus relaciones con las redes y los complejos que de allí derivan. Esos no son problemas de verdad.
Realmente estoy harta. Podrida de que se opine del cuerpo/de la cuerpa del otre, sea gordx, flacx, altx, bajitx, del mambo de cada une.
NO estoy comparando esta situación con la gordofobia o con TCA. Me parece que es mucho más complejo. Cada situación es particular, más allá de los espectros o clasificaciones que se le adjudiquen.El qué dirán me mata. No subo nada, me escondo. Hace poco estoy intentando amigarme otra vez con mi cuerpa. Empezando por acá, espacio donde abrirme sin sentir que por ser privilegiada en muchos aspectos, no puedo sufrir por mi cuerpo, tener complejos o ansiedad.
Agotada del femi-yuta, que decreta y determina qué cuerpo sufre, cuál no, cuál es víctima y cuál "se hace la víctima", cierro las redes. Me tiro en la cama, me hago una bolita y me abrazo.
Ya estoy harta de que me digan qué hacer y qué no. Mamá si alguna vez lees esto, deja de decirme que tengo que subir de peso, por favor te lo pido.