OCHO

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La primera ciudad que visitaron fue Portland, Oregón. 

Stiles, quien había querido viajar desde hace unos meses, observaba todo con asombro. A Derek, eso le parecía tierno. 

Para el mayor todos esos viajes ya eran aburridos, muchas veces solo quería ir a casa de su familia, ese era el único viaje que creía valía la pena. Pero ver a Stiles con ese brillo de curiosidad en los ojos era adictivo, casi quiso alargar su estadía pero no podían hacer eso. Y Derek no tenía un motivo específico para hacerlo.

Tuvieron pequeñas conversaciones que le hacían recordar al moreno que Stiles y Paige no eran la misma persona. Y eso era raro, porque por un momento parecía decepcionante pero al siguiente lo sentía como algo bueno. 

Stiles, por su parte, hacía lo posible por quedarse callado pero sus nervios lo traicionaban y terminaba hablando hasta de lo que no debía. Le parecía ciertamente raro que el señor Hales no lo hubiera mandado a callar desde que subieron al jet, eso era algo que las personas solían hacer cuando lo conocían.

Bien, no es que recibiera mucha participación por parte de su jefe pero se podía considerar como una conversación ¿no?

Después de sus tres días en Oregón, el siguiente lugar en su lista fue Minneapolis. Stiles no estaba seguro de en que estado estaban pero un fuerte y claro "La ciudad más poblada de Minnesota" lo tomó por sorpresa, ¡esa no era la ciudad que mencionaban en las películas! 

El chico no supo si su reacción le causo gracia o molestia al jefe, pero si que hizo algo así que el camino del aeropuerto al hotel fue en silencio y algo de pena de su parte.

—Puedes descansar por hoy. La reunión es mañana y sé que casi no pudiste dormir por salir tan temprano de Portland —avisó Hale cuando iban de camino a sus respectivas habitaciones.

—Creo que dormiré un buen rato —comentó el castaño de forma distraída, sentía que sus ojos podían cerrarse en cualquier momento. Bostezó con solo pensar en la suave cama que le esperaba y le dió una sonrisa perezosa al moreno —. Usted también debería descansar, jefe.

Antes de que Hale pudiera responder, el elevador abrió las puertas en su piso y el estudiante bajo. Su pequeña maleta fue lo último que Derek observó.

—¿En dónde dices que estás? —pregunta Kira de nueva cuenta. Stiles sabe que ella tiene su computadora enfrente con el buscador de Google abierto, porque es Kira: la chica que ciertamente debido a sus cuidados parece su madre y no su mejor amiga.

—En Minneapolis —repite Stilinski mientras revisa su maleta en busca de unos pantalones para poder dormir —. Esta en Minnesota, la ciudad más poblada de.

—¿En serio? ¿Qué no esa es Winona? —Kira se escucha realmente confundida pero el castaño no puede evitar soltar una carcajada estridente.

—Por Dios, Kira. Nadie conoce Winona, ni siquiera tu. 

Él escucha un bufido antes de alejarse del celular y ponerlo en altavoz. Lleva sus manos a su pantalón mientras espera que su amiga termine de teclear intentando averiguar donde está de forma exacta. 

Un golpe llama a la puerta y como el buen despistado que es, el castaño se apresura a abrir la puerta olvidando aquel gran detalle.

—No sabía si se quedo dormido o no pero ya que no es así —Derek Hale esta en el umbral de la puerta, observando su celular con atención mientras teclea algo con una mano —, ¿viene a comer o...

Ha terminado de escribir, ha alzado la vista y se ha topado con su asistente sin pantalones. Sin camisa y con la voz de una chica saliendo de los altavoces de su celular. 

Aún Puedo SalvarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora