NUEVE

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Él se cabrea. 

Pide servicio al cuarto y todo lo carga a la tarjeta de la empresa. 

Si su jefe, mayor que él, puede hacer un berrinche entonces cualquiera puede. Afortunadamente, el castaño califica perfectamente para aquel "cualquiera".

Hace una semana atrás, cuando comenzaron su travesía, Stiles estaba emocionado por llegar a Vermont. De todos los lugares que visitarían, ese era el que le causaba más curiosidad.

En internet había alcanzado a leer que era uno de los estados con paisajes naturales compuestos en su mayoría por bosques. Él tomaría cualquier lugar que tuviera algún parecido con la ciudad donde paso su infancia, o al menos la parte que recuerda.

Podría estar visitando alguno de esos bosques, comprando jarabe de arce pero en su lugar, está haciendo berrinche encerrado en su cuarto de hotel mientras come helado de seis sabores diferentes y piensa seriamente si debe sumar algún canal que no este disponible en su televisor.

¿Eso aún se hace?

Hace una mueca y decide no averiguarlo por riesgo a quedar como estúpido. Suficiente tiene de por vida al haber quedado como un pervertido delante de su jefe.

Su celular suena en algún lugar de la habitación, intenta dar con el solo con un mirada rápida pero encontrar el aparato resulta ser más difícil de lo que parece. Cuando finalmente lo tiene en las manos, el celular ha dejado de sonar y en cambio varias notificaciones de mensaje comienzan a llegar.

¡Ey, Stiles! ¿Cómo va todo?, 16:38.

He intentado contactar con el señor Hale pero no obtengo respuesta, 16:38.

Sólo debo avisarle que, en su próximo vuelo se toparan con la familia Hale, 16:39.

Stiles suelta un improperio y come otra cucharada de helado mientras espera que el "escribiendo" debajo del nombre de Isaac se detenga.

Ellos van de visita a la casa de Tampa, Florida así que la señora Hale me ha dicho que la reservación que se hizo en el hotel se cancelará, 16:40.

El castaño frunce el ceño, enojado por el hecho de tener que convivir con más Hale de los que puede soportar durante tres días. Ah, el pedirá un maldito aumento tan pronto como pueda pedir algo.

Bien, 16:42.

Yo se lo comunicare al señor Hale cuando lo vea, 16:42.

Aunque preferiría tener aún mi reserva en el hotel de Tampa, 16:43.

Él lo intenta, la mera idea de tener que pasar tiempo con la familia de su jefe -familia que aún no conoce, y de la que no sabe nada- no le hace ni la más mínima gracia. 

Multa, 16:50.

La señora Hale se encargaría de que eso no sucediera, 16:51.

Esos son los últimos mensajes que recibe pero el haber terminado su helado lo ha vuelto perezoso, así que si se queda dormido nadie puede culparlo.

Stilinski despierta cuando el sol ha comenzado a bajar de su lugar usual en el horizonte, el cielo se ve moteado de colores cálidos y agradables. Se siente fantástico, le recuerda a sus mañanas tranquilas en su cama en Beacon; esas mañanas donde su madre hacía un gran desayuno mientras su padre bromeaba, molestando a la mujer al meter la mano en la comida sin terminar.

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2021 ⏰

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