Dolor

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Las alarmas comenzaron a sonar.
Sus sistemas recopilaron la información cuando el impacto llegó, fue instantáneo y supo que el tiempo para él comenzó a correr cuando numerosos avisos a través de su visor comenzaron a aparecer.

Rojo, mucho rojo.

Ni siquiera podía tocar, estaba con un pequeño pánico, pero se mostraba tranquilo, aunque la repetida alarma dentro de él lo exaltaba demasiado.
Con pasos temblorosos, fue hacia la sala de estar, tragando su nerviosismo y miedo por lo que tenía consigo en ese momento.

—U-uhm… Thomas. — lo llamó como pudo, porque la verdad es que ni estabilidad tenía para hablar.

El nombrado lo miró. —¿Qué sucede? — le preguntó sereno, quitando la vista del periódico.

Guy bajó la mirada hacia su abdomen, lugar donde se encontraban sus manos escondiendo algo. —C-creo que… se rompió algo…

Sus manos destaparon lo que parecía ser, una gran herida en la parte derecha de su abdomen, Thomas al verlo, su cuerpo se levantó lo más rápido posible y se le acercó con suma preocupación. —¿¡Estás bien?! Déjame verla mejor. — la voz de Bangalter estaba aterrada, pero Guy con tan solo escucharlo, podía tranquilizarse un poco.

—Duele.

Sus manos temblaban cuando Thomas revisaba la herida, y le costaba, ya que la blusa blanca que llevaba consigo no dejaba ver lo suficiente, tenía una leve mancha de un líquido extraño.

Ambos eran nuevos en funcionamiento, por lo que sus cuerpos eran algo frágiles, parecían ser prototipos, los numerosos cables y esas grandes cajas en sus espaldas para mejorar su mantenimiento, era lo más avanzado que podían tener, la época no era tan tecnológicamente avanzada, por lo que cualquier esfuerzo, tendría una consecuencia fatal en sus cuerpos.

La banda apenas empezaba.

—Ven, siéntate aquí. — con su mano, Thomas guió a su compañero al sofá con mucho cuidado. —Traeré los suministros.

Los pasos de Thomas resonaron como un eco cada vez que se alejaba, su casco estaba ladeado, recargado en el respaldo del sofá, retomando información de su estado actual, Guy musitó.

Sus datos recopilaban una información sobre la experimentación de sensaciones, sentimientos para guardarlos y aprender, para que su cuerpo se adaptase a los cambios desde el interior, pero nunca pensó sentir tantos en solo segundos.

Miedo, preocupación, pánico y el peor de todos, el dolor.

Para preferencia de él, el dolor era una sensación tan desagradable y tal vez muchos le den la razón, la tecnología que poseía no era impedimento para que sus circuitos no pudieran procesar esta horrible sensación. Guy apretó su blusa con sus manos cuando numerosas advertencias reaparecieron por su visor, el informe de su estado le estaba avisando de la herida y le preocupaba el hecho de que su compañero se estuviera demorando demasiado.

>Sistema inferiores dañados… Sobrecalentamiento de sistemas…

Sentía el calor en su herida, Guy no pudo evitar soltar un suave zumbido mezclado con un tono robótico que se desvanecía.

>Se requiere reinicio…

Guy calló cuando sentía su cuerpo adormecido, sabía que tendría que apagarse, pero no quería hacerlo sin que Thomas estuviera allí.

Pero no puedo aguantar y su cuerpo se desconecto de la realidad.

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>Comenzando funcionamiento…. Recopilando información… Reinicio completado.

Las luces de su visor emanaron numerosos colores como un arcoíris a cada lado, apagándose y encendiéndose una tras otra hasta que dos puntos verdes aparecieron. Analizó el lugar reconociendo que estaba en su habitación, recostado en su cama y tapado por una sábana, notó que ya no tenía su gran abrigo rojo, solo su blusa blanca.

—Por fin despertaste. — Sus sentidos buscaron el dueño de esa voz y cuando miro la puerta de su habitación, Thomas estaba parado ahí, con su mano en la manilla mientras lo miraba. Guy iba a saludar, pero fue callado por los brazos de su compañero. —Me tenías tan preocupado. — le susurró, apegando más al dorado.

Sus pequeños puntos verdes que simulaban ser sus ojos, se cerraron y sus brazos recorrieron la espalda de Thomas, disfrutando del calor que ofrecía. Estuvieron así durante un minuto, ya que ninguno de los dos tenía intenciones de separarse.

—Ya no duele. — Guy comentó en susurros, aún en los brazos de Thomas.

Thomas se separó, sentándose en la orilla de la cama y quedándose frente a Guy, lo tomó de las manos y las acaricio. —¿Puedes sentir?

Aunque el daño ya había sido reparado, Thomas quería asegurarse e inspeccionar cada rincón del cuerpo de Guy, había escuchado un dicho que decía “mejor prevenir que lamentar" y ahora lo estaba poniendo a prueba. Cuando Guy apretó sus manos y le devolvió las caricias fue más que claro que estaba bien.

—Te siento.

Trato de mostrarse inexpresivo, pero no puedo evitar un leve calor en su pecho al escuchar esas palabras, Thomas disimuló y le señaló su casco. —¿Y tu CPU?

Guy dibujó una carita feliz en su gran visor, positivo. —Intacto. Información al 100%.

Thomas suspiró aliviado, su compañero estaba bien. —Me alegro. — comentó, ladeando un poco su casco. Y se levantó. —Es mejor que descanses, así tu cuerpo podrá a acostumbrarse mejor.

Pero justo cuando iba a despedirse, sus manos fueron invadidas por las del otro. —Por favor… descansa conmigo.

Su casco totalmente inexpresivo, ocultaba todo el sentimiento que tenía revuelto en su estomago, Thomas ni siquiera le respondió, caminó hacia el otro lado de la cama y con cuidado, se acostó encima de las sábanas. Bangalter solo llevaba una blusa celeste, con unos elegantes pantalones color marrón pálido, pero no le importaba cambiar su atuendo, toda su atención estaba puesta en Guy, quien se acomodó a su lado al instante que se acostó junto a él.

Su brazo rodeó la cabeza de Guy por detrás, apegándolo aún más a su cuerpo.

No podía describirlo, pero podía sentir la gran calidez que otra veces también le ha tocado sentir, pero solo pasaba cuando Thomas estaba cerca suyo. Ambos fueron designados para crear una banda y tener un gran éxito, pero mientras más pasaba el tiempo, más cercanía tenían el uno hacia el otro.

Guy correspondió suavemente el abrazó, alimentando esa gran calidez que devoraba su pecho antes de caer en una profunda recarga.

—Ya no duele.

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