♡Lo Confieso♡ Capítulo 5

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Canción: Corazón Sin Vida/Aitana, Sebastián Yatra

Multimedia: Selene D'Angelo

Frase: "No pierdas el tiempo golpeando la pared, con la esperanza de transformarla en una puerta" Coco Channel.

Me levanto de la cama con la holgazanería característica de un perezoso, que no sabe si desplazarse a por comida o quedarse durmiendo de nuevo, literalmente

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Me levanto de la cama con la holgazanería característica de un perezoso, que no sabe si desplazarse a por comida o quedarse durmiendo de nuevo, literalmente. Y eso es lo que me pasa a mí, que no sé si levantarme e ir a la cafetería, empezando con ello un nuevo día o directamente taparme con las mantas la cabeza y seguir dormitando como un oso en la hibernación.

Me quejo desde la garganta, apretando los ojos con fuerza cuando la ruidosa alarma de mi móvil vuelve a resonar en la habitación. Bufo cansada y decido echar atrás las cobijas de la cama y salir de ella. Cuanto más me reconconee en el calor de esta, más me costará despertarme del todo e ir a desayunar y a clases.

Me visto con el uniforme del internado, falda negra, camisa blanca, chaqueta, calcetines verde esmeralda y corbata verde oliva. Me miro frente al espejo, haciéndome una cola de caballo y poniendo pasadores rubios allí donde las hebras de mi pelo se escapan al ser más cortas que el resto. Me maquillo suavemente la cara y perfilo mis ojos con un lápiz de ojos marrón chocolate, difuminándolo y poniendo rímel al final.

Reviso que todo esté en mi mochila, los cuadernos, el estuche, los libros, los materiales de dibujo y cierro la cremallera una vez está completa. Miro el pequeño pajarito de crochet que hay en la cremallera y sonrío. Es una réplica del mío. De mi Dalí, mi pequeña ninfa gris. Mamá captó a la perfección su cabecita amarilla y sus coloretes rojos, cuando lo tejió para mí para que no echará tanto de menos a mi bichito mientras estaba en el instituto. Ya falta menos para verle y solo pensarlo me hace sonreír.

Doy un pequeño beso al peluchito, aprovechando que Cris fue a ducharse hace unos minutos y no me puede ver. Yo lo hice anoche a última hora, con lo cual esta mañana lo llevo de adelanto. Cuelgo la mochila sobre uno de mis hombros, agarro las llaves de mi habitación y salgo de ella, encaminandome a la cafetería en busca de un buen capuchino caliente.

No soy de las que toman demasiado café a estas alturas del curso, y menos caliente, pero hoy me he levantado con demasiado sueño y un poco destemplada, con lo cual un buen café caliente me vendrá fenomenal para matar dos pájaros de un tiro.

Cierro la puerta y compruebo que ha quedado bien cerrada, para no llevarnos ningún disgusto, ni sorpresas, la próxima vez que vengamos a la habitación. La última vez que Cris se la dejó abierta sin querer, los chicos entraron y pusieron todo patas arriba, tirando rollos de papel higiénico y revolviendo todas nuestras cosas. Por suerte, no rompieron nada, ni se llevaron objeto alguno.

Camino ensimismada por los pasillos, prestando atención tan solo a los mensajes que tengo de mi madre en el móvil. Tengo que apurarme en contestarlos, de lo contrario no podré hacerlo hasta que la jornada haya terminado o incluso hasta que ya esté metida en el autobús de vuelta a casa.

Mi Chico IdealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora