Prólogo

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Siempre había creído que la humanidad tenía esperanza, todo lo contrario a lo que los demás pensaban. Mamá me había enseñado a siempre creer en los demás, darles el beneficio de la duda y dar apoyo incondicional.

Sabía que existía la maldad, sabía que existía la oscuridad. Pero así como eso existía, el bien y la luz lo hacían de igual manera. En toda oscuridad había algo de luz y en todo el mal había algo de bien.

Creía que la fuerza más grande de este mundo no era el dinero o el poder, si no el amor. El amor era el que podía mover montañas y mares, romper barreras y transformar seres.

Ya se... que ingenua de mi parte.

Siempre viví en mi mundo de fantasía, esperando a que el amor de mi vida hiciera presencia. Creía que todos estábamos destinados a alguien, que siempre se podía volver a amar. Y siempre me cuestione ¿qué pasaría si el bien se enamoraba del mal? ¿Si la luz era inmensamente atraída por la oscuridad y se veía tentada por ella?

Jamás espere que mis preguntas fueran a tener respuesta. Jamás creí que el amor de mi vida condenaría mi vida. Él era oscuridad y yo era luz, él era odio y yo era amor, él era maldad y yo bien... éramos todo lo opuesto que pudiera existir en este mundo. Él era un monstruo y yo bueno... humanidad.

¿Cuando un monstruo deja de ser un monstruo?
Cuando tú lo amas.

¿Morderias la manzana que hizo pecar a Eva, si la pusieran frente a ti? ¿Y todo por amor?

Pandemónium: Pride Donde viven las historias. Descúbrelo ahora