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Hola, Damas y Caballeros este es otro capítulo de Reina de Dragones, lo siento por demorar tanto en actualizar.

Disculpen las faltas de ortografía, además de faltas gramaticales.

Recuerden esta historia es Sasuhina. Los personajes no me pertenecen son de Mashashi Kishimoto, pero la historia si es mía, basando en una de mis series favoritas Juego de Tronos, escribo sin fines de lucro. Comenten por favor me ayudaría muchísimo.

"Sasuhina" – Cambio de lugar

"Sasuhina" – Pensamientos

"-Sasuhina-" – Diálogos

"Sasuhina-(Sasuhina)" - palabras en otro idioma con su traducción

Liderum Draco

Lord. Acis se mantenía alerta, observaba con gran atención el bosque frente a ellos, intentando captar, hasta el más mínimo movimiento o sonido.

El resto de los guardias se mantenía igual, alertas. Sabían que atacarían, de una u otra manera, por el simple hecho de que sabían que el Rey de Aagar era un hombre egoísta, avaricioso y malvado.

Sabían que no se detendría hasta destruir su reino.

Y lo sintieron, las vibraciones de cientos de caballos trotando hacia ellos, el sonido inconfundible de las armaduras rozando pieza por pieza. Y todo comenzó.

Una bola de fuego fue desprendida del bosque hasta que chocó con la muralla haciendo temblar a todo el reino. A lo lejos se veía las inconfundibles figuras de miles de soldados corriendo hacia la muralla ondeando las banderas del cuervo negro, el sello inconfundible de Aagar.

- ¡Estamos bajo ataque! - Grito un soldado alertando a todos.

- ¡Arqueros! - Grito Lord Acis con fuerza. Inmediatamente un gran grupo de soldados corrieron, se ordenaron de manera perfecta en las orillas de la muralla y alzaron sus arcos en contra los enemigos.

- ¡Apunten!... - Lord Acis se mantuvo expectante. -¡Disparen!- Una lluvia de flechas empezó a caer encima de los soldados de Aagar, algunos fueron rápidos y alzaron su escudo, otros no tuvieron la misma suerte.

Otra bola de fuego golpeo la puerta de la muralla, y esta templo bajo el golpe, logrando asustar a las personas adentro. Esa puerta no resistiría tanto. Más y más bolas de fuego golpearon con fuerza la muralla haciendo que todo Liderum Draco temblará.

Hinata Hyuga

Un pequeño tic empezó a hacer temblar mi ojo, sentía una gran desesperación, aun me encontraba recostada en el futón gracias a las órdenes (amenazas) del ninja médico.

Además, también empezaba a darle un sentimiento de incomodidad gracias a la penetrante mirada azabache que la observaba desde la puerta de la tienda, vigilando que no intentara algo.

- No puedo quedarme aquí - Rompió el silencio la Ex-Hyuga -Mi pueblo me necesita-.

- Lo que tú necesitas es reposo, una herida así no se cura de la noche a la mañana - Le replico el Uchiha menor.

- Estar a cargo de un pueblo, es poner hasta tu vida en medio si es necesario- Dijo mientras se sentaba lentamente en el futón.

- Muerta no les servirás para nada- termino la conversación.

La pelinegra apretó la mandíbula hasta el punto de que sus dientes sonaron, pero inmediatamente se relajó. Ya había lidiado con personas arrogantes y testarudas.

- Si llamo a mis hijos me curare más rápido, juntos somos más fuertes-

-La última vez que vi a tus "hijos "quemaban a miles de personas inocentes en un muelle a kilómetros de aquí-

-Sabes muy bien que ellos no querían hacerlo- Contesto sintiendo su sangre hervir.

-Debes descansar, caíste de un dragón en movimiento y te atravesó una flecha, sino te cuidas una posible infección te matara –

- Cuando llegue a Liderum Draco podre descansar bien sabiendo que mi pueblo esta a salvo, en una hora va a amanecer, lo mas seguro que un ejército ya haya arribado a las puertas de las murallas- Insistió.

El Uchiha menor sintió una punzada en su sien, esa mujer si que era un desastre andante, ¿Qué había pasado con la niña tímida y tartamuda que se escondía para poder espiar al idiota de cabello rubio?

- Si te dejo llamarlos, dejaras de fastidiar – La Hyuga afirmo con la cabeza.

- Lo prometo –

- Bien –

- Llévame al bosque – Dijo mientras se quitaba la sabana de encima – Tengo que establecer conexión a través de la naturaleza – El Uchiha de la mala gana la tomo por la cintura -con cuidado de no tocar la herida claro- y la llevo hasta la entrada de la tienda de Campaña.

- Utiliza tu byakugan, que ninguno del equipo siete se encuentre cerca, especialmente el dobe o Sakura.

- No puedo-

- No puedes que –

- No puedo utilizar el Byuakugan, estoy muy débil –

- Esta débil para utilizar el maldito Byakugan pero no para contactar a tus malditos hijos prehistóricos- Hablo apretando los dientes del enojo.

- Por eso los contacto a través de la naturaleza sino lo hiciera desde esta maldita tienda – contesto de la misma forma. Ambos mantuvieron la mirada del otro, ninguno quería ceder, hasta que el mismo Sasuke suspiro y saco solo su cabeza, observo a ambos lados y salió con rapidez.

Se interno en el bosque hasta que la Hyuga dijo que parara.

- Déjame aquí – Dijo y el pelinegro la ayudo a sentarse en medio de las grandes raíces de un árbol. – Puedes irte si quieres –

- Y que alguien te dispare una flecha, no gracias, me quedare, así que muévete haciendo lo que debas hacer –

- Ya voy, ya voy ... - dijo apresuradamente y luego susurro – mandón -

El Uchiha solo la miro enojado, se recostó en un árbol a una considerable distancia. La vio colocarse en posición de flor de loto con sus manos en las raíces del gran árbol. Entonces el viento empezó a tornarse cada vez más fuerte, hasta el punto de que tenía que sujetar su capa con fuerza para que no saliera con el viento. Un remolino de aire y hojas se formó, era como una especie de campo que rodeaba a la ojigris protegiéndola, y luego simplemente se detuvo. Y la mujer ya no tenía sus característicos ojos blancos, sino eran totalmente negros, incluso la esclerótica se tornó negra, pero inmediatamente cerro sus ojos y estos volvieron a la normalidad.

- Ya está –

Liderum Draco

Una gran bola de fuego destrozo una de sus últimas catapultas. Varios de sus hombres habían muerto por la lluvia de flechas lanzada hace solo unos minutos. Observo como varios soldados de Aagar junto con un gran tronco de hierro golpeaban las puertas de la gran muralla. Poco a poco estaba cediendo. No iban a resistir más.

Miro con tristeza el gran sol asomándose a través de las grandes montañas. Perdóneme mi reina, no logre salvarlos a todos.

Levanto su cabeza hacia el cielo, donde otra lluvia de flechas se dirigía directamente hacia ellos. Cerro los ojos y espero el inminente final. Hasta que sintió como el suelo en sus pies temblaba, y un rugido furioso resonó por todo el lugar. Abrió los ojos con rapidez solo para ver como la lluvia de flecha ahora solo era un montón de cenizas cayendo sobre ellos. Y a lo lejos la gran figura de un dragón quemando al ejército de Aagar, encima de él, la inconfundible cabellera negra azulada de su reina se ondeaba con el viento.

- ¡Lord Acis! – Grito con fuerza mientras miraba a su comandante. - ¡Es... es... -

- ¡Si! ¡Nuestra Reina Ha vuelto de la Muerte! – Grito con fuerza mientras tomaba su espada y la empuñaba - ¡Tenemos aun que luchar! – El resto de los soldados se unieron a Lord Acis en su contienda contra el ejército enemigo 


Reina de Dragones (Sasuhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora