Parte 3

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|Chaeyoung|

Al principio sólo nos dedicamos a caminar en silencio, me sentía más pequeña ya que Mina llevaba unos tacones que la hacían verse más alta y superior. Detuve mi caminar al verla hacerlo.

-Mira no quiero que creas que hice algún plan para que esto pasará, es pura coincidencia, en serio -la japonesa colocó su mano en su frente suspirando, en serio se veía angustiada por esto así que le creí-

-No se preocupes, le creo señorita Myoui -sonreí soltando una suave risa que la hizo relajar-

-Puedes decirme Mina cuando estamos solas, gracias por entender Chaeyoung, cuando volvamos a la casa podremos hablar más tranquilas del tema -asentí con una sonrisa aunque por dentro me moría, si volvía a esa casa siento que saldrá su lado oculto y sentía un escalofrío en los pezones-

-¿Puede ser que volvamos separadas?, no quiero darle la idea equivocada a los empleados -pedí por experiencia pues en la otra compañía que laboraba me llevaba muy bien con mi jefe y los empleados pensaban que me estaba acostando con él, una de las razones de mi despido fueron esos rumores que no supe controlar, aunque era fácil, solo debía haber gritado a todos, ''Tengo pene y me gustan las mujeres''-

-Buena idea, perdón por atormentarte, puedes llegar a tu zona de trabajo, hasta esta noche, Chaeyoung -su sonrisa era calmada, muy diferente a como era en la reunión o en la casa, hicimos una reverencia mutua y fui a mi puesto de trabajo-

Pero paso algo muy vergonzoso, ¿saben ese momento que te despides de alguien y terminan yendo por el mismo por el mismo sitio, bueno mi jefa y yo estábamos en ese momento, sentí un incomodo presentimiento. Al llegar a mi puesto de trabajo, el recepcionista y al parecer encargado de los nuevos empleados me miraba con cara, ''estás jodida''.

-¿Pasa algo? -al parecer Mina se dio cuenta y preguntó-

-Nada urgente CEO Myoui, lo que pasa es que Son Chaeyoung tardo en el tour y los empleados a cargo de cada uno de los nuevos ya tienen un minor asignado menos la señorita Son -diablos, suspiré audiblemente y pase mi mano por mi rostro-

-Yo no tengo a nadie -un ángel, no, una Diosa piadosa levanto su mano desde su puesto de trabajo, pensé que era suerte pero al ver como Mina y el recepcionista se miraban, no era nada bueno-

-Señorita Son, ¿le importaría trabajar con Minatozaki? -miré a la chica mencionada con más atención, tenía varios lápices entre sus cabellos naranja y creo estar viendo un pedazo de chicle en su mejilla- es ella o la CEO -de inmediato corrí a hacia la empleada Minatozaki sin dirigirle la mirada a mi jefa-

-Son Chaeyoung, por favor cuida de mi -me incline frente a la chica la cual rio y me dio un fuerte abrazo-

-Deja las formalidades, somos compañeras ahora, obvio que cuidaré de ti -sin ninguna vergüenza me dio un enorme beso en la mejilla y desordeno mi cabello, era como tener una hermana mayor o algo así- Sana a tu servicio, puedes sentarte en este puesto -la japonesa quito el pequeño desorden que había en el escritorio de al lado y sacudió la silla por mi-

-Muchas gracias, Minatozaki -le sonreí y me senté frente al escritorio con un gran computador, esto era de buena marca tecnológica-

-He, he, no formalidades en mi área de trabajo, llámame Sana, para empezar tu entrenamiento tienes que saber que a nosotros nos robaron la idea de Club Penguin -me miró amenazante apuntándome con un lápiz-

•••••


Luego de 8 largas horas de trabajo era tiempo de volver a casa, en realidad la había pasado bien gracias Sana, es muy divertida aunque hable demasiado, hablaba hasta en tiempo de almorzar, que por cierto casi se atraganta con una alita de pollo y tuve que salvarla, luego le contó a su novia por teléfono y podía escuchar como la regañaban, aunque la voz me era conocida.

Sexo en Japón •MICHAENG G!P•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora