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Los ojos del castañito se abrieron con pesadez, sintiendo como su menudo cuerpo era sacudido con suavidad.
“TeTe, es hora, levántate para que llegues a dormir a casa.” Reconoció la voz ligeramente aguda de JiMin.
Formó un sútil mohín en sus labios resecos, cerrando sus ojos y jalando la delgada sábana de hospital. Escuchó un pequeña risa que hizo que su corazón se calentara.
—Vamos, los demás están en el auto, llevamos casi un mes sin ti y ahora que te tenemos no planeamos soltarte.
Se aferró más a la sábana, su cara sintiéndose tan caliente en ese instante.
Este tonto, tiene una gran habilidad para decir estupideces.¿Necesitarme? ¿A mí?
—¿Enserio? Bueno, ¿Qué tal esto?—Tiró con fuerza del escudo protector (al menos así lo llamó TaeHyung) dejando el cuerpo delgado al descubierto. Lo tomó entre sus pequeños pero fuertes brazos recibiendo uno que otro golpecito del sonrojado chico.
—¡B-Bajame! ¡Puedo caminar solo! ¡Sueltameeeee!—Pataleó, haciendo reír al contrario de forma escandalosa.
Al llegar a la recepción bajó a su mejor amigo y esperó a que Tae firmara su alta antes de salir.
La brisa cálida de la mañana se sintió tan bien, sentía que habían pasado meses desde que había salido al exterior, sin poder evitarlo una pequeñita sonrisa surcó sus labios.
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Incómodo.
Así se sentía el ambiente en el vehículo, nadie le podía mantener la mirada al morocho, ni JiMin que minutos antes había bromeado con el.
El camino a casa se hizo muchísimo más largo de lo normal, bajaron del auto y entraron a la morada una vez llegaron y aparcaron.
Tae se mantenía cabizbajo. —Iré a mi habitación, estoy un poco cansado aún, Hyung's y JungKookie.
Jin hizo el amago de abrir y cerrar la boca, intentando decir algo, pero las palabras no salieron, desvío la mirada.—Te hablaré para la cena, descansa ¿Si, pequeño?
