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Quizás no sea un profesional haciendo algunas actividades.
Pintar, cantar, bailar, escribir.
Pero práctica arduamente día a día para cumplir las expectativas de todos.
Realmente espera que de su esfuerzo nazcan frutos.
Pero si eso no sucede.
¿Qué hará después?
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El castaño cerró la puerta de su habitación con un poco de fuerza, provocando un sonido hueco que logró sobresaltar al pelirrojo que acababa de salir de bañar.
—¿TaeHyung?— El nombrado se giró, encontrándose a su Hyung recién salido de la ducha.
La gotas que caían por su cabello terminaban dando un recorrido por aquel cuerpo escultural, terminando por perderse en la toalla atada en su cintura.
TaeHyung estaba haciendo su mejor esfuerzo por mirar el rostro del mayor y no su muy trabajado cuerpo.
—Ah, disculpe Hyung, no quería asustarlo.— Murmuró apenas, con la mirada baja mientras se sentaba en su cama.
—Ya puedes entrar, el baño está desocupado.
—Gracias..
TaeHyung tomó sus cosas para rápidamente entrar al baño, cerrando suavemente la puerta está vez.
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El castaño salió de la ducha una media hora después de entrar, evitando a toda costa el contacto con el espejo.
JiMin ni siquiera le había devuelto el "Te quiero"
Mordió fuertemente su labio inferior para no llorar, sintiendo el sabor metálico de la sangre, era obvio que JiMinnie ya no lo quería, por feo y gordo.
Pequeñas lágrimas empezaron a caer por sus mofletes, no se molestó en secarlas, así que terminó de ponerse su pijama y salió del baño.
La habitación estaba completamente oscura, lo cual lo asustó un poquito, no porque me temiera a la oscuridad, si no por qué le daba miedo tropezar con algo y despertar a su Hyung.
