Thirty

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Theodore Nott.

La vi, tan elegante y preciosa como siempre, el vestido negro se abraza a sus curvas con facilidad, sus tacones la estilizaban a más no poder, y su semblante frío y serio, decir que la amo se queda corto, porque desde el beso de la otra noche me he dado cuenta de que la amo, pero estar con alguien como ella es difícil, Celeste es la lujuria personificada, y me arde, me arde ver a otros chicos mirándola sin tapujos, como la devoran con la mirada.

Estar enamorado de Celeste Black solo trae perdición, ella es la frialdad y elegancia, la lujuria y el desenfreno, todo esta dentro de ese cuerpo, ese cuerpo que te abraza y no te suelta, pero no es fácil, claro que no, ver sus ojos verdes carecientes de sentimientos, ver como salen palabras dulces de sus labios rosados cuando manipula, observar la elegancia y frialdad con la que camina, lo impecable que va siempre, verla abrazar al diablo y poder dormir tranquila, observar sus gestos. Celeste es un ser celestial, como su nombre indica, pero lo cierto es que eso no es real, sé que no, pero como amo su parte humana, amo su parte sádica. Amo sus cambios de humor, sus arrebatos de furia que siempre acaban con la vida de alguien, amo sus sonrisa dulce pero psicótica a la vez, amo la maldad que esconden sus ojos verdes, amo su forma de caminar con el mentón alto como si fuese una diosa, amo su egocentrismo, amo todo de ella.

Tiene una mágica que te engancha, es una adiccion de cabello azabache,  es capaz de acelerarte el pulso con tan solo un roce o una mirada.

Dejé escapar su suspiro pesado y me cambié de ropa colocándome un traje negro, Kathya entró por la puerta cabizbaja.

—¿Que te pasa princesa?— le pregunte alzándola en brazos.

—La tita Celeste ya no me quiere— respondió entre sollozos.

La abracé con fuerza y ella escondió su cara en el hueco de mi cuello, aún sollozando.

—Claro que te quiere—

Negó repetidamente. Le acaricié el cabello con dulzura. Me senté en la cama y a ella en mis piernas.

—¿Porque dices que la tita Celeste no te quiere?—

—Po-porque se ha ido, Mamá y papá también se fueron— hipó —Y no-no quiero que ella me abandone también—

Suspire —Ha ido con su prima, además esta tarde saldréis las dos—

—Pe-pero ¿y si se olvida?—

—¿Quieres que vallamos a verla?—

Nos aparecimos frente al restaurante en que comería, su Ferrari estaba aparcado en la entrada, sin más dilación entramos.

—¿Quienes sois?— nos preguntó un hombre de avanzada edad.

—Venimos a ver a Celeste Black—

Él se burló —¿Y quien eres tú?—

Respire profundamente —Theodore Nott, Dinos donde esta—

La puerta se abrió dando paso a un grupo de hombres y mujeres.

—Venga tengo que atender fuera del restaurante—

Mi paciencia comenzaba a acabarse, Kathya comenzó a llorar.

—Calla a esa niña y vete de aquí antes de que llame a seguridad—

—Dime donde está Celeste Black—

—¿Acaso eres sordo muchacho? ¡Seguridad!— Agarro con fuerza el brazo de Kathya y yo forcejeé esperando que la soltara, eso solo incremento el llanto.

Manipulative (+18) [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora