-¡Suerte! - alcanzó a escuchar a su hermano antes de salir de pequeño departamento.
Inhaló profundamente mientras se disponía a bajar las escaleras, ya que, el ascensor desde hace ya varios años que ya no estaba disponible, la cosa estaba más como una mera decoración sinceramente por que el dueño ni se esforzaba en intentar arreglarlo.
Mordiendo su labio inferior suavemente, volvió a pensar en la solución a la cual había llegado. Era algo que no podía evitar, ya que aún no estaba seguro de su respuesta.
Negando con su cabeza de forma distraída, quito las dudas y de sus ánimos a si misma para lo que estaba a punto de hacer...Aunque tal vez, su hermano menor tenía razón y esta no era la mejor idea.
Pero lo que no era consciente Tamaki aún, era que aparte de acosarlos a ambos en sus trabajos, la paciencia de los cobradores con Kazumi ya había llegado hasta el punto en que lo estaban amenazando de muerte. Así de delicada estaba la situación.
La deuda que dejó su padre debido a los juegos ilegales, alcohol y préstamos era tan grande que ni en su segunda vida alcanzaría cubrir semejante cifra, claro que eso solo era para los de su clase, por que estaba seguro de que para los millonarios que viven en la parte mas lujosa se Seúl, no tendrían muchos problemas en pagar tal cantidad.
Ya frente al imponente edificio, Kazumi se agarró de la correa de su mochila y cruzar aquellas puertas con las dudas, preocupaciones y miedo carcomiendo su mente.
La sala llegaba a brillar de blanco crema de la cual estaban pintadas las paredes mientras que el poso era de una hermosa cerámica negra con patrones elegantes. Había unos grandes jarrones con plantas en algunos lugares estratégicos de los cuales Kazumi dudaba que fuera de plástico debido a la textura de la planta en el interior. Y con esto, también se hallaba un cómodo sofá largo de color lila que resaltaba.
Alzando su mirada, Kazumi se encontró con la mirada de un joven hombre que estaba detrás de un elegante escritorio hecho de mármol que solo dejaba a la vista desde sus hombros hacia arriba.
Su sonrisa de labios era fácil y sincera, casi amigable. Mientras se acercaba, Kazumi pudo percibir su aroma que lo delató como omega, cosa que la tranquilizó un poco aunque no lo admitiera.
- Buenos dias, soy Bakugo Katsuki de IAE, investigación artificial embrionaria, ¿ Tiene usted una cita programada hoy? - preguntó con profesionalidad, pero con una amable sonrisa presente en sus atractivas facciones.
- Uhh...Yo...si - balbuceó e inmediatamente se sintió como una estupida. Inhalando profundamente se tomó su tiempo antes de volver a hablar -. Mi nombre es Kazumi Nakamura...me citaron hoy y me indicaron que preguntará por el doctor Light Yagami - contesto exhalando con lentitud.
Los ojos del contrario se abrieron un poco mas en sorpresa pero inmediatamente recuperó la compostura y le sonrió amable. Pero ya era tarde, Kazumi ya había detectado la reacción del hombre frente a ella y aquello la alertó colocándola los nervios de punta nuevamente.
"¿Realmente esta es una buena idea?" se cuestiono un poco preocupada.
-Claro, por supuesto. Deme un segundo señorita Kazumi - pidió mientras levantaba el teléfono fijo sobre el escritorio manteniendo sus ojos atentos sobre el contrario aunque trataba de ocultarlo.
Con un poco de desconfianza, Kazumi se alejó un momento del escritorio y contempló la lujosa entrada, específicamente la puerta giratoria de vidrio.
"Aún te puedes ir" una parte de ella le advertía, tentandola.
- ¿Señorita Kazumi? - llamó Bakugo.
-¿Si? - contestó con un tono algo chillón mientras daba un pequeño salto en su lugar y giraba con rapidez hacia el secretario que le sonreía amable, como si no le acabara de dar un tremendo susto.
- Por favor, le acompañaré hasta el lugar donde le espera el señor Light - explico saliendo detrás del escritorio y se detuvo esperando a que el contrario se le acercara.
Kazumi observó por última vez la puerta giratoria antes de que siguiera al contrario y se subiera al ascensor, mirando hacia el frente, volvió a contemplar la salida antes de que las puertas del elevador se cerrarán.

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MI OMEGA
Teen FictionSiendo una omega de 23 años, con un hermano y una gran deuda dejada por su padre... Tal parece ser que la única respuesta de Kazumi es un vientre en alquiler y allí es donde conoce a Ryota...