Primera parte.

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Todo a su alrededor estaba en penumbra para sus pesados parpados que luchaban con fuerza por mantenerse cerrados, su cuerpo temblaba con fuerza por el frío que hacía en aquella pequeña y oscura habitación, quería gritar hasta que su garganta se desgarrara en miles de fragmentos, pero no encontraba siquiera su voz para hacerlo,tampoco tenia fuerza en lo absoluto.

Los medicamentos hacían que el tiempo a su alrededor se detuviera de manera perturbadora y escalofriante.

Quería salir corriendo, levantarse de esa camilla y salir de aquel lugar asfixiante y clavar un bisturí en la frente de aquel doctor que se aprovechaba de su estado catatonico y casi inmovil, aprovechandose del hecho que era presa de su mente,aprovechandose de que a penas y se podia mover.

Lo único que la mantenía aún con poca cordura era una promesa. Una promesa que le habia hecho un hombre rubio,sus facciones seguian talladas con fuego en su memoria... se aferraba a ese recuerdo para evitar dejar llevar a su mente a esas oscuras aguas frias que trataban de hacerse con ella,de envolverla.

*Flashback*

Los doctores se habian descuidado de ella por unos instantes, y ella aprovecho esto para investigar el lugar del cual era presa de forma totalmente injusta: solo por que su madrastra temia de su manera de actuar.

Sentía la muerte rondar a su alrededor, viendo a quien le tocaba llevarse esa vez, lo cual hacía que su cuerpo temblase de manera casi inconsciente,pero ahi estaba.

El lugar era mucho mas grande de lo que ella creía en realidad y de lo que vio al llegar, las personas a su alrededor le dedicaban miradas curiosas, tal vez por las marcas en sus brazos las cuales la bata que usaba no cubría por completo o tal vez por que estaba sin ninguna compañia.

Cansada de deambular por el lugar sin hacer nada más que caminar y ver los hilos que representaban la vida de las personas, se sento junto a un chico, el cual le podría llevar unos 5 años... Tal vez poco mas, tal vez poco menos,no estaba del todo segura.

Era rubio y algo fornido, sus ojos eran grises e intensos.

En su mente, se trazo un hilo largo y liviano.

Se pregunto si debería hablarle, sería bonito tener un amigo aparte de esos odiosos doctores que no hacían más que maltratarle. Decidio de inmediato hacerlo,no perdia absolutamente nada:

--Hola.-Saludo la chica con voz grave y en un susurro, efecto de no utilizarla mucho últimamente.

El chico volteo a mirarla un poco extrañado por aquella interacción.

--¿ugh?.

La chica sonrió ampliamente, ese chico aún tenía mucho tiempo por delante,podia verlo con claridad.

-Soy Melissa.-Se presento la chica aun con una sonrisa que debaja notar lo emocionada que se encontraba por aquella interacción humana.-¿Cuál es tu nombre?

-¿Yo?...Soy Eleazar...Un gusto.

-¿También estas internado en este lugar?-pregunto curiosa Melissa, su acompañante que ahora sabia que se llamaba Eleazar,le dedico una mirada de extrañeza.

-¿Internado?

-Si... Mi madrastra me trajo aquí hace poco menos de¿tres años quizas?,no estoy muy segura del paso del tiempo. La cosa es que me interno aqui por que jura que estoy loca. Pero no lo estoy.-conto la chica,aun en tono pesado y algo pausado.

1207.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora