Tercera parte

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Estaban ya en casa de Eleazar. Era un grande apartamento, con comedor y cocina conectadas por un umbral sin puerta. Las paredes estaban pintadas de color blanco y azul muy claro. Los muebles y comedor, en cambio eran completamente negros al igual que sus cojines,frente a los muebles se encontraba una mesa de café de color negro con un jarrón de flores de plástico. Las cosas de la cocina, como la nevera, microondas, estufa etc, eran de color gris.

El suelo de la Sala estaba completamente cubierto por una alfombra de terciopelo rojo. Había una pared que estaba reemplazada por una ventana,y daba a  un balcón en el cual había dos sillas de extensión de color negro con blanco y una pequeña mesa pequeña en medio de estas.

Había un baño en el pasillo. Y en este mismo habían tres cuartos, uno de ellos pertenecía a Eleazar, los otros dos estaban dispuestos a los huéspedes. En la Sala había otra puerta, la cual conducía a una pequeña Oficina/Biblioteca.

A Melissa le había costado un poco el volver a caminar,aunque aún se tambaleaba un poco,ya podía hacerlo por si sola.

Ella se encontraba embobada mirando por la ventana las estrellas en completo silencio, observando con detenimiento esos puntos de luz que se encontraban en el cielo, en los cuales podía hallar diferentes formas si les prestaba la suficiente atención.

¿Hace cuanto no veía el cielo nocturno? ¿Ni las sombras que este producía? El miedo que de niña le tenía a la noche, ahora era completo encanto. Le daban ganas de salir a el balcón y dormir en alguna de esas dos sillas que estaban ahí, y observar el mayor tiempo posible aquel cielo tan hermoso, el cual no tenía idea de cuánto había extrañado en aquella pequeña blanca habitación carente de ventanas . Puede que por estar en la ciudad casi no se pudieran apreciar las  estrellas, pero lo que podía ver era más que suficiente para ella en aquellos momentos,más de lo que pudo tener los últimos años... Habían Sido 12 largos años.

-¿todo bien?-escucho una voz a sus espaldas y se giro de inmediato, sobresaltada,pero al ver a quien le pertenecía,se calmo.

-Si. Todo está bien. Solo miraba el cielo.... Es verdaderamente hermoso, no lo recordaba-explico la chica a Eleazar con una sonrisa de oreja a oreja.

El hombre le devolvió la sonrisa y camino hasta colocarse junto a Melissa, y miro también a el cielo, a los puntos de luz llamados estrellas que tanto apreciaba desde pequeño,se pregunto entonces si aquella fascinación por el cielo la tenían todas las personas que poseían un don.

Y en silencio pasaron un buen rato, Eleazar miraba a su acompañante de vez en cuando por el rabillo del ojo, estudiando cada uno de sus movimientos con detenimiento.

-¿aun no tienes sueño?-pregunto con curiosidad un rato después.

-no, la verdad es que no, creo que tengo un horario raro, puesto que nunca sabía cuando era de día o de noche, solo dormía cuando me sedaban, o cuando sentía la necesidad-Melissa se encogió de hombros y lo miro a los ojos al finalizar su explicación.

-ya,comprendo perfectamente. Bueno, cambiando de tema... ayer encontraron a tu ex-doctor...muerto

La chica abrió muchísimo los ojos por la sorpresa. Esa es la muerte 1206  contó mentalmente evitando tragar en seco y asintió para hacerle saber a su acompañante que había escuchado.

-Yo se lo dije, y no me hiso caso. Pues, ahí tiene.

El rubio la miro atentamente, analizandola, evaluando silenciosamente casa una de sus palabras.

-ya veo-murmuro el. -bueno ¿tienes hambre? ¿Quieres comer algo?

Melissa asintió algo apenada con la cabeza.

1207.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora