❝¿Alfa u omega?❞ | Taekook Fem

❥two

Luego de llegar a la barra y pedir lo que sea para poder disminuir su sed, siguieron hablando, claro que la menor no dejó escapar oportunidad para coquetearle a la linda castaña que tenía enfrente, aunque TaeHee tampoco se había quedado atrás.

El alcohol en su sistema había hecho el efecto deseado, produciendo que se relajase y comenzara a actuar como usualmente no lo haría. La música sonaba fuertemente, todos seguían y seguían bailando a pesar de haberlo estado haciendo por horas, sin duda la fiesta estaba siendo un verdadero éxito.

JungGoo sentía la necesidad de invitarla a bailar, sabía que si no lo hacía luego se arrepentiría, pues la castaña no era como nadie a quien hubiera conocido antes, ya que superaba con creces a sus antiguos ligues y a varias aventuras de una noche.

Cuando comenzó a sonar una canción un tanto lenta, vio su oportunidad, aunque alguien se le adelantó.

-¿Quieres bailar?-Preguntó TaeHee y vio la sonrisa que la menor le ofreció, eso era un rotundo si.

-¿Me estás invitando?-Preguntó JungGoo haciéndose la desentendida, quería juguetear al menos por una última vez.

-Te estoy invitando-Sentenció y la jaló de la muñeca en busca de llevarla directo a la pista improvisada de baile.

La atracción era innegable, las miradas que se daban sin duda eran de las pocas que lograban poner nerviosa a la más alta, pues era ella la que usualmente provocaba aquel efecto. Por el lado de TaeHee, se felicitaba a sí misma y agradecía haber ingerido alcohol, puesto que ya se veía realizando alguna estupidez y claramente la bebida sería la culpable.

Ambas con sus cuerpos juntos, la más alta rozándose contra las caderas de la mayor en movimientos atrevidos que cualquiera ahí hubiera deseado recibir. TaeHee sabía que eso no debía de llegar más allá pero le era inevitable no presionar aún más su cadera contra el voluptuoso trasero que tenía en frente, sería una verdadera estúpida si no aprovechaba las descaradas insinuaciones que JungGoo le brindaba.

Sentían las miradas sobre ellas, pues era un verdadero espectáculo verlas bailar como si nada, como si nada más existiese en aquel lugar.

La peliazul se volteó, quedando frente a frente con la pequeña castaña delante de si. Llevo ambas manos a su cuello y las entrelazo detrás de su cabeza, evitando a toda costa que la mayor se alejara. TaeHee por su parte llevó sus manos a la pequeña cintura de la más alta, acercándola aún más a su cuerpo si es que aquello era todavía posible.

Fue entonces cuando finalmente se dio, en un imprevisto movimiento, JungGoo capturó los carnosos labios de TaeHee. Era un beso lento, al igual que la música que ahora llenaba el lugar, tan excitante que TaeHee se sintió desvanecer cuando la lengua de su menor se introdujo en su boca, sintió también como JungGoo sonreía levemente mientras la besaba, lenta y tortuosamente.