🍁4🍁

1.7K 232 194
                                    

1/3

Ni-ki, frente a él, seguía teniendo la mandíbula apretada y una mirada de molestia, a pesar de que Jay se hubiera marchado minutos atrás y se quedaran solos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ni-ki, frente a él, seguía teniendo la mandíbula apretada y una mirada de molestia, a pesar de que Jay se hubiera marchado minutos atrás y se quedaran solos.

No dijo nada incluso cuando Sunoo le sirvió un vaso de agua, diciéndole que se calmara y dejara la ira de lado.

Se sentó a un costado suyo, mordiendo su labio inferior.

—No tenías que reaccionar de esa forma, Ni-ki —le dijo con voz suave.

Ni-ki le miró con el ceño fruncido.

—Iba a besarte. Ese maldito bastardo iba a besarte y–

—Y tú has besado a Jungwon —le interrumpió Sunoo, ahora con expresión dolida—. ¿No es eso injusto, Ni-ki? ¿Qué tú tengas un amante y te estés comportando de esta forma? ¿Ya te has acostado con él?

Ni-ki no dijo algo por varios segundos, bebiendo agua en silencio, y cuando dejó el vaso sobre la mesita del living, lucía mucho más calmado.

—No —dijo Ni-ki—, sabes que no lo he hecho, Sunoo.

Sunoo arrugó los labios, negando con la cabeza.

—¿Por qué debería creerte?

—Porque sabes que no te mentiría con eso —replicó Ni-ki, poniéndose de pie—. Por mucho que quiera el divorcio y esté enamorado de Jungwon, sabes que no me acostaré con él hasta que los papeles estén firmados. Incluso sabes que, si lo he besado, ha sido después de pedirte la separación, de decirte la verdad, ¿no es así?

Sonriendo amargamente, Sunoo asintió, forzándose a no lucir herido a pesar de las palabras de Ni-ki.

Tenía claro que su esposo no le mentiría con eso, que estaba diciendo la verdad, pero eso no lo hacía más fácil. De alguna extraña forma, si le hubiera dicho que se acostaba con Jungwon, no tendría tantas dudas, porque habría atribuido los deseos de separación a una calentura de Ni-ki por su asistente, sin embargo... Si no se habían acostado y con suerte compartieron unos besos, eso significaba sentimientos más profundos que le aterraban.

—¿Qué estás haciendo aquí, Ni-ki? —preguntó Sunoo con voz rota.

Ni-ki apuntó a su bolso.

—Vengo por los papeles —contestó, impasible—, pero también tengo claro que eres una persona demasiado terca, Sunoo —suspiró, sentándose—. Treinta días, ¿no es así?

Sunoo asintió en silencio, mirando a los ojos oscuros de su marido.

—¿Cómo pretendes hacerlo, Sunoo? — Ni-ki suavizó su tono—. Comprendes que yo ya no te amo, ¿cierto? Sólo te estás haciendo más daño, Sun.

Que le llamara con un diminutivo hizo que algo doliera en su interior.

—¿Más daño? —se burló, quebrado—. ¿Cómo me haré más daño, Ni-ki? El hombre que amo quiere dejarme porque está enamorado de otro, y lo único que pido son treinta días para poder demostrarle que aún puedo ser suficiente para él.

Apego [Sunki] | COMPLETO ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora