Capítulo 32| Quiero que te vayas

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A Z U L⭐⭐⭐

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A Z U L
⭐⭐⭐

Me había olvidado de las heridas en mi espalda y como si estuviéramos en nuestro hogar me puse a jugar con mis hermanas en el parque. Melione todavía tenía para otros cuatro días en la cama y para no molestarla nos fuimos a un parque a charlar y pasar el rato. No podía dejar de reírme y me había comenzado a doler la panza, mis hermanas estaban felices y actuaban como verdaderas humanas normales, mientras que yo aún no terminaba de comprender algunas cosas. Ellas, por ser más grandes, habían bajado muchas veces a la tierra y convivieron con humanos, logrando comprender mejor lo que son los sentimientos. Muy por el contrario de mí que seguía batallando con todo esto que comenzó a surgir dentro de mí y es por eso que quería hablar con ellas a solas.

—Azul, ahora sí, dinos ¿qué es eso que tanto te ronda en la cabeza? —Habla Columba. Tan directa como siempre.

—Lo que pasa es que quiero irme a casa, extraño el espacio a ustedes, a las demás y a Selene, pero también quiero quedarme aquí con mis amigas y sobre todo con Anker. No quiero irme, de solo pensar que lo voy a dejar solo una cosa me comienza a doler aquí en el pecho —señaló donde comenzaba a dolerme cada vez que pensaba en volver a mi hogar. Mi pecho se comprimía y me costaba respirar cada vez que pensaba en que tenía que irme. Todo empeoró cuando Anker me veía observando el cielo nocturno y me miraba con ojos tristes.

—Hermanita, lo que te está pasando es que no saber qué decidir y todo eso te hace sentir mal y con mucho miedo a cómo reaccionen los demás. Por eso te duele el pecho, tienes miedo de que alguien salga herido por tu decisión —dice Vía. Mis demás hermanas le dan la razón con un asentimiento de cabeza, ellas comprendían mejor estas abrumadoras emociones que yo y eso me hacía sentir más acompañada.

—Puede que tengas razón, todavía me queda tiempo de decidir hasta que mis heridas terminen de sanar por completo —digo apartando las manos de mi pecho. Me comenzaba a sentir un poco mejor desde que había hablado con mis hermanas y ellas continuaron interrogándome sobre qué estaba pasando con Anker.

—Tenemos que volver a la mansión, tus guardaespaldas están algo tensos —comenta de repente Ceres. Levantándose del suelo mira en todas las direcciones y mis guardias se acercan a nosotras diciéndonos que debíamos marcharnos.

Nos levantamos con mis hermanas caminando hacia la camioneta negra que nos estaba esperando para irnos, no estábamos muy lejos de la mansión y aunque algo nerviosas no dejamos de hablar de temas tribales. Fue un viaje corto hasta que todas nos bajamos del coche y entramos en la casa donde fuimos a mi habitación donde estaban un montón de colchones tirados en el suelo ordenados con almohadas y sabanas. Con mis hermanas habíamos dormido todas juntas en el suelo, tenerlas cerca durante la noche me puso muy feliz y pude dormir la noche completa.

—¿Alguna tiene hambre? —pregunta Cirio levantándose. Todas levantamos la mano y mi hermana arrastró con ella a Rigel para que la ayudara a traer algunos aperitivos a la habitación.

Sobreviviendo A La Tentación [2.3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora