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Mientras Suga caminaba hacia el tercer piso intentaba con todas sus fuerzas no reírse.

¿Ese mocoso idiota pensaba que formarían un equipo como dos niños de primaria? ¡Ni de chiste! Ese diamante sería suyo... y de Kyungsoo también. Pero  si por él fuese, no caería en las manos de Jimin.

¡Además tuvo la audacia de querer dividir el botín a la mitad! Cariño, si el supiera los problemas que le trajo cuando se escapó de los guardias de Seokjin y él... Le debe cada molestia que se tuvo que tomar.

Escuchar los reproches de Seokjin no era algo placentero, mucho menos si no podía objetar en su contra ya que, de hecho, tenía razón en quejarse: como sea que hayan sucedido las cosas, Suga no había hecho bien su trabajo.

- Espero que ese mocoso no haya llegado allí antes que yo... - murmura para si mismo.

Un fuerte golpe se escucha, siendo producido por Suga quien distraído casi tropieza con una pronunciada arruga en la alfombra. Acto seguido se escuchan pasos lejanos, provenientes de algún lugar en ese inmenso piso.

Una puerta se abre dejando ver a Jimin quien toma por los hombros a Suga, simulando el haber detenido su caída. Justo en ese instante, un joven de cabello castaño y traje aparece con un arma de fuego entre sus manos.

- ¿Qué hacen ustedes aquí? - dice Minho, el guardia que cuidaba el diamante. - Este piso está prohibido para las visitas, les pido que se retiren.

Jimin pone una mano en su pecho, fingiendo pena. Aún sostenía a Suga, el cual no entendía nada.

- Oh, disculpe... - contesta. - Es que mi novio y yo estábamos buscando el baño y nos perdimos en esta inmensa mansión, ¿no es cierto, cariño? - voltea a mirarlo. Suga asiente, inseguro. - No se preocupe, nos iremos en este instante pero... ¿podría indicarnos dónde está el baño?

- Segundo piso, quinta puerta a la izquierda. - dice serio.

La falsa pareja asiente y se van al segundo piso. Cuando llegaron a el, Jimin ingresa al baño y arrastra a Suga junto a él.

Cierra la puerta y la asegura.

- ¿Estás bien, cariño? - pregunta irónicamente. - Veo que no es necesario que nadie te enfrente para que salgas lastimado... ¿Será que me toca cuidarte?

- Idiota. - murmura.

- Este idiota es tu esposo y el que te salvó de ese guardia. ¡Ah! Pensar que me costó salir de mi escondite... - pasa su mano por su rubio cabello, generando volumen en él.

- Si estás buscando que te agradezca, no lo haré.

- Lo sé, eres muy orgulloso para eso. - dice con sinceridad. Rueda los ojos. - Así que bien, nos separamos aquí otra vez...

Se acerca a la puerta y pone un pie afuera. Ríe bajito recordando algo.

- ¡Qué deja vu! - dice. - En fin... ¡See you later, Sugar!

Jimin lo saluda con un guiño de ojo y sale del baño. A los pocos segundos se detiene a ser llamado por aquella voz.

- Es Suga, mocoso. - contesta. - Y... acepto tu propuesta de trabajar juntos.

Park, de espaldas a él, sonríe en grande.

- ¡Sugar! ¡Por fin entraste en razón! - entra al baño otra vez y vuelve a asegurar la puerta. - Me gustan los hombres que saben tomar decisiones inteligentes.

- Como sea, ¿cual es el plan? - pregunta.

- Primero que me llames Jimin y no mocoso... - le arregla la corbata con sus pequeñas manos.

- Ni de chiste, tú no me llamas por mi nombre así que te diré... - pone una mano en su mentón, simulando pensar. - ¡Baby J!

- ¡Yah~! Ese nombre no me gusta. - se queja, haciendo un puchero. - Además, ¿porqué Baby J?

- J por Jimin y Baby porque eres tan molesto como un bebé llorón.

- Eres malo, que lo sepas. - Suga se encoge de hombros. - Pero continuando con el plan, estaba pensando en...

Pobres.

Ninguno sabía las verdaderas intenciones del otro... ¿En serio creían que podrían trabajar con el otro? Uno era un escurridizo criminal y el otro un ex guardaespaldas que ahora ejercía como matón.

Ninguno tenía buenas intenciones al respecto, sólo jugaban sin saberlo a cazarse como Tom y Jerry.

Lo interesante es que, casi siempre gana el pequeño ratoncito.

Mr. Yang's diamond #2 [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora