[EN PROCESO DE EDICIÓN Y REESCRIBIENDO]
Daniel Thompson; Dan. Lentamente; sin prisas. Del tipo de chico con ojos oceánicos. Azules y profundos como el océano mismo.
Karina Heisner. Prohibida, un amor con prisas. Sus ojos son... un bosque lleno de s...
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Me gusta creer que somos música. Y que estamos aquí, buscando alguien que complemente nuestro acto. Mas no se adueñe de el.
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Escucho el sonido que hacen mis tacones blancos al chocar contra la madera de la biblioteca. Busco entre todos los clásicos y me llama la atención una portada hermosa.
Romeo & Juliet.
Paso las yemas de mis dedos por la ilustración y abro el libro. Decido que debo llevarlo.
No hay mucha gente en la librería, supongo que es normal, pues es tiempo de vacaciones y la gente debe estar en las ferias, con sus parejas o amigos. Además, ya casi anochece, lo que me pone contenta, pues dar un paseo por las calles de París en la noche, es de las mejores sensaciones del mundo.
Mi vestido rosa pastel ondea gracias al viento y es una tarde cálida. Veo a dos niños al otro lado de la calle, llevan helados y se ríen.
De pronto me dan ganas de comerme un helado y camino hacia mi heladería favorita.
-¡Hola, Michell! -le digo a la chica del mostrador, la llamo por su nombre, pues la conocía ya que iba seguido al lugar.
-¡Hola, Emy! -me dice ella con calidez y me dedica una sonrisa -. ¿Lo de siempre?
-Por favor. -Le digo respondiendo con una sonrisa.
Ella me pasa mi helado de frutos rojos y cuando voy a sacar mi billetera para pagar, me doy cuenta de que no la tengo.
Carajo.
-¿Estás bien? -dice Michell.
-No tengo mi billetera.
Tomo mi celular y pago por transferencia, luego camino a la salida.
Doblo a la izquierda, pero recuerdo que ese no es el camino, cuando doy la vuelta, choco con alguien y le embarro mi helado en la camisa.
-Perdón -le digo rápidamente tratando de limpiar su camisa.
-Déjalo, no importa, eh... -dice mi interlocutor con una voz amable, casi cantarina.
Lo miro. Las luces de París parecen estar celosas, porque son sus ojos los que brillan con más fuerza. Y me deslumbran.
-¿Cómo te llamas? -dice.
-Emily, soy Emily. Emy para los amigos.
Él sonríe y yo le devuelvo la sonrisa en automático.
-No importa, Emily. Es solo una camisa.
-Ah... Bien. Adiós, debo ir a la biblioteca, porque... -paro de hablar. Eso claramente no le importaba. -Adiós -digo al fin y le extiendo mi mano, me doy cuenta de que no le pregunté su nombre, eso es descortés, porque él sí lo hizo -¿Cómo te llamas?
-Soy Daniel.
-Bueno, pues adiós, Dan. Y perdón por lo de tu camisa. -digo mientras él estrecha mi mano, noto que tiene una pulsera como la que llevo. Luego me alejo corriendo.
Cuando llego a la biblioteca, mi billetera está allí, por suerte. La tomo y salgo.
Miro mi muñeca cuando me acuerdo de la pulsera del chico, esperando ver la mía (que no era mía sino de mi hermano) pero no lo hago.
Había perdido la pulsera que mi abuela le dió a mi hermano. La pulsera que él atesoraba con su corazón.
Soy Emy muerta. En serio.
Nota del autor:
AAAAAAAAAAAH. Okay, ya. Estoy realmente emocionada por mostrarles: Escríbeme Una Carta [Versión Redux.]
Redux, un adjetivo que significa: «traído de vuelta, restaurado».
Casi que no actualizo, eh. ¿Qué tal? ¿Te gustó el capítulo nuevo? [Queriendo saber]
Esta es la primera parte de lo que voy a denominar por ahora como «Trilogía Escríbeme». Gracias por haber llegado hasta aquí y espero que te haya gustado leer esto.
Así están organizadas:
1-Escríbeme Una Carta. 2-Cartas de Amor a Dan. 3-Cartas de Amor a Emy.
Aún con amor, aún con cartas, escribiendo para ti. Y para quien quiera amar lo que escribo.
Okay, y dedicado a Dan. Gracias por leer tqm forever :3.