Words don't come easy- Moonsun

Capitulo 6:

Miras tu reflejo en el río, ignorando el sonido constante de tu teléfono.

El río antes del amanecer es hermoso, piensas. Luces parpadeantes y miras detenidamente las ondas que se forman en el agua, y sigues ignorando el timbre constante de tu teléfono.

Un espacio de tranquilidad en el ajetreado y ruidoso Seúl.  Otro día, este paisaje te habría dejado sin aliento, pero hoy todo lo que hace es traerte recuerdos de tu viaje a Busan con Byul y el  “Te amo”. La belleza del río te recuerda las oportunidades perdidas y tu actual posición, y Dios, quieres gritar.

Porque esto no es rechazo. Ya sabes lo que se siente.

El rechazo fue la sensación de hundimiento en la boca del estómago cuando la cuadragésima agencia te rechazó.  Es la decepción cuando el CEO descarta una parte de la coreografía que sugieres.  Son tus padres quienes te preguntan qué planeas hacer después de "todo esto".  (Después de todo, "esto no puede durar para siempre, Yongsun"). Es la voz en tu cabeza que te dice que no eres lo suficientemente buena.  Es un dolor abrumador y te sientes pequeña, una sensación que conoces demasiado bien.

Pero esto es diferente.

Esto arrepentimiento se siente como reemplazar la sangre en tus venas.  Esto es hielo que llena los huecos de tu corazón, mientras enfría tu sangre y presiona tus pulmones hasta que ya no puedes respirar.  Es  un te amo y, aunque solo sea a la deriva en el vacío de tu mente, el entumecimiento se instala profundamente en tus huesos mientras caminas a lo largo del río a las tres y media de la mañana.  Esto eres tu sabiendo que usaste la negación de Byul cuando pidió que olvidaras aquel primer beso ya que no significaba nada pues había sido solo efecto del alcohol, utilizaste eso para alimentar tu negacion propia cuando sabías que ella estaba mintiendo.  Cuando deberías haberlo sabido. 

Entonces no, esto no es un rechazo.  Pero desearías que lo fuera.

Te frotas las palmas de las manos en un esfuerzo por calentarte, maldiciéndote por no haber agarrado tu chaqueta antes de salir de la agencia.  Te castañetean los dientes y apenas siente los dedos, pero sabes que todavía no puedes irte a casa.  No mientras estés en este estado.  No mientras aún no hayas llorado.

No quieres nada más que colapsar en tu cama y acurrucarte en tus mantas, pero sabes que si lo haces antes de llorar, nunca podrás reunir las fuerzas para salir de tu cama.  Con el concierto a menos de una semana, realmente no puedes permitirte eso.  Así que esperas

Cuando tu teléfono suena de nuevo, contestas.  Se necesitan dos segundos para escuchar la voz de Byul, frenética y profunda con aires de fatiga antes presionar el botón de "Colgar" ".  Su foto de contacto, una foto de ustedes dos juntas, parpadea en la pantalla y apagas el teléfono.

Esperabas que dijera que ya no te amaba.  Que sentirías el dolor que se supone que viene con la angustia.  Herida, porque ella no te esperó.  Enojada, incluso.  Quizás escuchar su voz hubiera sido lo que necesitabas para llorar, pero supones que estás demasiado débil.

(Una voz dentro de tu cabeza sugiere que tal vez ella siempre fue lo que necesitabas. Haces todo lo posible por ignorarlo).

Dejas de llorar una vez que los primeros rayos del sol se asoman por el horizonte.  No tienes que estar en la agencia hasta las ocho, pero la parte racional de ti sabe que debes volver a casa antes de eso.  Debe tomar una ducha y tratar de dormir un poco, llores o no.  Tú pecho se siente pesado, pero bueno, al menos tus ojos no se hincharán.

Mientras estás de pie en el pasillo tenuemente iluminado del edificio de apartamentos, la luz que se derrama por los huecos de la puerta lo llena de pavor.  Joder, realmente no puedes lidiar con un ladrón en este momento.  Le das al pomo de la puerta un giro experimental y la puerta cede fácilmente.  Empujas la puerta para abrirla poco a poco.  El miedo entorpece y casi te tropiezas con el escalón que eleva tu piso.  Entras a trompicones y, de repente, la idea de un robo no es tan desagradable.