Sí, rompí tu corazón como alguien lo hizo con el mío

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Me arde el estómago, aunque trato de eliminar la sensación con un largo suspiro que no cumple su cometido

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Me arde el estómago, aunque trato de eliminar la sensación con un largo suspiro que no cumple su cometido. Mis intestinos se remueven inquietos como si trataran de salirse de mis cavidades. Mis manos sudan mares, casi podía jurar que podía crear uno nuevo. Estaría bien, lo llamaría El Mar Ansioso, porque lo cree con base a esa sensación. Cualquiera que decidiera surcar ese mar se atendría a las consecuencias de ponerse angustiado; ese sería mi maleficio.

Suelto otro largo suspiro y aprieto la cartera azul de Karamatsu entre mis dedos. Tenía que tranquilizarme, o pensar en alguna otra cosa que no fuera en que lo volvería a ver, pero resultaba más fácil pensarlo que hacerlo. Después de nueve meses, entre excusas tontas e ignorancia consciente, Osomatsu saldría con nosotros por la insistencia de Totty y Jyushimatsu. No soy tonto para no darme cuenta que rechazó cada una de las salidas que tuvimos en primavera por mi culpa, es demasiado evidente que quiere evitar mi presencia lo más que pueda. No me soporta ver, aunque me parece irónico que sea él quien huye de mí, debería ser al revés.

Sabía que este encuentro ocurriría tarde o temprano, era inevitable que no cortáramos contacto por completo, pues aún compartíamos el mismo círculo social. Aunque eso no evitaba que me sintiera incómodo.

De reojo veo el movimiento continuo de una sombra y giro a ver de qué se trata. Jyushimatsu, a mi lado, golpetea su pierna contra el suelo y cambia su paleta a la mejilla derecha. Gira su rostro al mío y me da una enorme sonrisa que no llega a sus ojos, después regresamos nuestra vista al frente. Me parece extraño, aunque no lo suficiente para sacarme de mis pensamientos, después de todo Jyushimatsu es extraño.

Si estaba preparado para ver a Osomatsu después de que terminó conmigo, no importaba. Tenía que obligarme a fingir que nunca había ocurrido lo nuestro (si es que alguna vez existió) porque nadie más que Karamatsu, Osomatsu y yo, lo sabíamos. Había una alta probabilidad en que, al verlo, mi memoria me llevara a ese 1º de diciembre de 2021 y era lo que menos quería después de tantos meses en contacto 0. Tenía miedo de recaer en mi amor por él, porque no quería volver a estar en algo que nunca fue.

¿Por qué ese idiota aceptó la salida? Ah, sí, porque es el estreno de la última entrega de la saga Réquiem que seguimos desde pequeños. Aunque seguramente no sería igual al libro, pero bueno, qué importaba ahora.

Juego con la billetera azul de Karamatsu entre mis manos y miro de reojo a Jyushimatsu, de nuevo. Sigue inquieto, eso es seguro, pero trata de aparentar que todo va bien. Esperamos sentados frente a la fuente del parque Akatsuka en un silencio entremezclado con el enojo y el nerviosismo. Me pone incómodo, más de lo que debería, lo cual me parece extraño porque la compañía de Jyushimatsu es lo último que te hace sentir.

Ichimatsu y Karamatsu fueron a buscar a la estación de trenes a Totty —quien, como siempre, llega tarde— y Jyushimatsu y yo nos quedamos a esperar a Osomatsu... Maldita sea, ojalá hubiera sido más rápido que Ichimatsu y tomar de la manga a Karamatsu para que me llevara con él. Seguramente él me hubiera podido tranquilizar o por lo menos estaríamos hablando de lo emocionante que era esta nueva película.

Estúpidos y enamorados [KaraChoro/ChoroKara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora