Si quedara algo más de mí, te lo daría

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No editado.

Los cálidos rayos del sol empiezan a colarse a través de las cortinas azul cielo, mientras el insistente timbre de mi teléfono resuena con molestia provocando que salga de mi letargo por el sueño. Genial, la primer semana que tengo como recién graduado de la universidad y me despierta el celular. Remuevo mi cuerpo entre las sábanas y me apego más al cuerpo desnudo a mi lado, olvidando mi molestia inicial y sonriendo sobre el hombro de mi amado Choromatsu, donde dejo pequeños besos que atraviesan un largo camino hasta su nuca, la felicidad empieza a burbujear dentro de mí cuando lo siento removerse.

Abre ligeramente uno de sus ojos verdes para acostumbrarse a la luz del nuevo día y sonríe cuando nuestras miradas colisionan como dos meteoritos. Es inevitable no enamorarme más cada día de Choromatsu, es tan lindo que mi pecho se contrae en emoción pura y me llena de un éxtasis cuando siento sus brazos rodearme. Tal como ahora, que gira su cuerpo para encontrarse frente a frente conmigo, mientras su suave mano se encarga de retirar los mechones de cabello que resbalan por mi frente.

—...buenos días, Kara... —dice medio adormilado, pero con aquella sonrisa que me enloquece.

—Buenos días, honey —respondo besando sus labios hinchados—. ¿Cómo durmió el astro más bello de mi constelación personal?

La risa suave que brota de sus labios manda señales de amor a cada rincón de mi cuerpo. Me apego a él negándome a dejarlo ir, a pesar de que nuestros cuerpos están pegajosos por el sudor, como un niño pequeño que se aferra a su madre cuando es el único ser humano que conoce. Para mí, Choromatsu es lo más hermoso y grande que tengo en la vida; quizá por eso he llegado a amarlo tanto.

—Mejor porque estoy contigo —responde dándome un beso rápido antes de girar al otro lado de la cama para sostener el teléfono entre sus delgados dedos—. Te daré más besos si le contestas a la persona que nos despertó a las siete de la mañana.

Sonrío antes de robarle otro pequeño beso y enredarlo en un abrazo que provoca que caiga sobre mi pecho, disfrutando de su calor dulce que me abre las puertas del cielo. Coloca sus piernas a cada lado de mi cadera y su olor a menta llega hasta mí nariz, es inevitable pensar cuánto lo amo cuando su cabello me hace cosquillas en mi barbilla y reparte besos en mi clavícula. Doy besos cortos en sus mejillas y caricias en su columna que recibe con un gusto íntimo al que nos sometemos cuando el otro murmura palabras de amor.

Sonríe sobre mis labios antes de fundirnos en un beso cálido y personal, dispuestos a seguir con la exploración al cuerpo ajeno cuando el teléfono deja de sonar. Repetidas veces muerdo sus labios y expreso mi devoción eterna a su persona cuando lo veo sonrojarse, recordándole lo mucho que lo amo con tan solo poder abrazarlo. Él acepta mis palabras y las regresa con otras igual de sinceras, haciéndome sentir amado y deseado; disfruto de nuestra reciprocidad, es lo más bonito que he tenido y Choromatsu es la pareja que más me ha amado en toda mi vida. Nunca me arrepentiría de amarlo como lo hago.

Estúpidos y enamorados [KaraChoro/ChoroKara]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora