La Venganza de Ared (Sinner #2)

Capítulo 1

La monotonía invadía mi patética existencia.

No salía mucho de la habitación que me habían asignado desde aquel día que pisé por primera vez el infierno. De vez en cuando salía a investigar más sobre los demonios y las almas,  desde la menos pecadora hasta la más inmunda. Hasta el momento lo que sabía era que, las torturas aumentaban su crueldad dependiendo el pecado que las personas cometían en la tierra y los demonios eran cada uno más engañosos y crueles que el anterior. Después de lo que había visto la primera vez, pensaba que no podía haber algo más peor, pero me equivoqué.

También investigué sobre los duques y diversos tipos de seres demoníacos que habitaban en el infierno, sus movimientos y qué papel desempeñaba cada uno al lado de Lucifer.

Astaroth, el maldito bastardo que se hacía llamar Gerald en la tierra y que engañó a Sidahí, era el perro más fiel de Lucifer, es decir, "El Gran Duque del Infierno".

Me di cuenta de que existían espíritus superiores que estaban subordinados a Lucifer, Astaroth y el Príncipe del Infierno — aún no tenía ni puta idea de quién era o si aún existía —.
Dichos espíritus eran:

1. Lucifago Rofacale, primer ministro infernal: A veces lo llamaban como Lucífago de Rafaquele y tiene la
potencia que Lucifer le ha dado sobre todas las riquezas y sobre todos los tesoros del mundo.

Por más que había intentado, no había logrado ver a éste ser. Había escuchado decir que los siete demonios principales solo se dejaban ver cuando había alguna tortura importante, y que se reunían en el Gran Palacio con Lucifer para informarle sobre todo lo sucedido tanto en la tierra como en el infierno pero por el momento, al parecer, no se habían reunido para nada. A este demonio le gustaba ir a fastidiar y corromper a los humanos.

2. Satanachia, gran general: Tiene el poder de someter a él todas las mujeres y hacer con ellas lo que se le antoja y de enseñar todas las mañas y astucias de los pastores.

Reuní información sobre él, gracias a los mucho demonios que les gustaba alardear sobre las posiciones y niveles de sus "amos".

3. Agalarieth, capitán general: Tiene el poder de descubrir los secretos más recónditos en todas las cortes y todos los gabinetes del mundo y todo tipo de secretos en general.
Enseña todas las cualidades ocultas de los metales y virtudes curativas de las
plantas.

Me parecía muy estúpido todo lo que hacían estos demonios, aunque sabía que eran de los más crueles que tenía el infierno, y yo prefería averiguar más sobre ellos que topármelos. No por miedo sino por precaución, mas aun que Lucifer no me había regresado mis dones. Hice mi propio plan sobre realizar una rebelión, mucho más mejor y poderosa que la que había hecho Lucifer en tiempos pasados y decidí que no descansaría hasta averiguar el punto débil de cada uno de estos seres.

4. Fleuretty, teniente general: Al parecer goza de poder hacer la obra que desea, durante la noche. Hace también caer granizo, nieve, lluvia y horrible tempestad donde él quiere.

Bathin, uno de sus subordinados — muy simpático como para ser un cruel demonio — solía reunir a Dolor y Venganza para darles de comer mientras les contaba de todos los desastres hechos en la tierra de los que él y su jefe eran los protagonistas. Llamaba a los perros a cada veintiún horas, mientras tanto, yo me escondía muy bien detrás de una casucha hecha de piel y huesos humanos, para poder escuchar. A veces era realmente difícil entender sus palabras debido a los gritos de agonía de las almas.

5. Sargatanas, brigadier: Disfruta el poder hacer invisible a quien lo
adore, de transportarlo a todas partes, sin importar lo lejano que sea, de abrirle todas las cerraduras, de hacerlo ver todo cuanto pasa en el interior de las casas y de enseñar todas las astucias humanas.
A menudo me preguntaba que, ¿en qué mierda pensaban los humanos cuando decidían hacer tratos con estos seres? Tal vez nunca lo sabría, los humanos seguían siendo un completo enigma hasta para ellos mismos.

6. Nebirus, mariscal de campo e inspector general: Este demonio era capaz de hacer enfermar a quien deseara y posee el arte de predecir el porvenir. Solían decir que era uno de los principales nigrománticos de los espíritus infernales, y al cual Lucifer utilizaba muy a menudo. También va a todas partes teniendo la alta inspección de todas las milicias del averno.

7. Masbakés o Masabakes cantinera , concubina y duquesa de los ejércitos infernales: Es el demonio de la perfidia, del amor mentiroso, de la vanidad, de la estafa y del robo. Es además una duquesa del infierno, aparece en la forma de una mujer hermosa que tiene una corona ducal en su cabeza y monta un camello.
En el Gran Palacio, donde yo residía junto a Lucifer y otros demonios, se podía escuchar en los asquerosos pasillos cómo pequeños diablillos la llamaban "La Diablesa de la Lujuria".

Con el paso del tiempo, respondía por mí mismo muchas preguntas que me hacía sobre el infierno, pero conforme a esto, más y más preguntabas cobraban vida en mi mente.

Estos siete demonios son los que gobiernan y dirigen todo el poder infernal, y tienen a sus órdenes infinitos ejércitos de espíritus inferiores, divididos y sub-divididos en numerosas falanges, que son tratados como los más viles esclavos. A sus inmediatas órdenes, y como emisarios especiales se hallan tres espíritus superiores, cuya ocupación es transmitir los órdenes que reciben; sus nombres son: Mirión, Belial y Anagatón.

Lucifer y toda su jauría de demonios estaban completamente locos. Sabía que el diablo y los celestiales se preparaban para un posible Apocalipsis, pero en el cielo nunca me habían enseñado nada referente a todo lo que había aprendido con tan solo escabullirme en este lugar. Me quedé un poco confuso al darme cuenta de que Lucifer tenía todo bien organizado en el infierno, siempre me lo había imaginado como un ser arrogante y vago que solo existía para molestar a Dios, pero me equivoqué, realmente me equivoqué. Podría decir que tenía la misma astucia que Dios.

Pero la jerarquía de los demonios del infierno era retorcidamente alucinante, ya que no solamente eran siete o diez grandes demonios, sino miles y miles, y que tenían cada uno su propio ejército.

Por muy interesante que estuviera la jerarquía demoníaca, por el momento dejaría a un lado la investigación sobre éstos, pero ya que sabía algunas cosas, sacaría provecho de alguna forma. Ahora era el momento de concentrarme en ganar la confianza total y una fingida amistad del más fiel demonio de Lucifer: Astaroth.