La puerta se abrió dejándolo ver furioso.
- ¡Fuera! - Gritó con su respectiva autoridad, y todos en la oficina salieron sin preguntar.
No fui capaz de titubear, se lo veía con esa decisión que presentaba ante cada caso, no quité la mirada de la suya, no estaba dispuesta de darle el poder de saber lo mal que me sentía y el temor que corría por mí al ver el gran enojo en sus facciones, su mirada fija en mí, sus ojos completamente rasgados, aún más de lo habitual, y su mandíbula apretada dejaba en evidencia que estaba intentando contenerse, para mi desgracia eso significaba que era peor de lo que esperaba. Dio un paso al frente, por simple instinto mi cuerpo retrocedió chocando contra una silla, me queje sin siquiera ser consiente, el hecho de chocar la silla no había sido nada, la herida en mi espalda por lo contrario comenzó a arder con fuerza. Mierda.
- Siéntate. - Odio cuando se comporta de esa forma indiferente. Aun así, permanecí parada, oprimiendo la herida contra una pared, me aterraba su reacción al verme así, aunque era más que evidente que un genio como él lo había notado desde el inicio.
- Siéntate, no voy a repetirlo. - Sin quitarle la mirada, me acomodé en la silla con la que había chocado. Tomó las vendas del botiquín de primeros auxilios y pude ver como con cada paso un ligero rubor subía por sus mejillas. - Levanta. - Ni siquiera pude negarme, ya estaba frente a mí, de rodillas. Me giré con cuidado, el dolor me estaba matando, una bala me había rosado en aquel caso, y no podía quejarme, había sido completamente mi culpa, aun así, la bala impactó contra mi mejor amiga, corrimos con suerte, ella llevaba puesto el chaleco antibalas que debí usar, y que por orgullo no usé. Levanté con cuidado, llenando mis manos de sangre mientras escuchaba sus quejas y suspiros, aun así, no decía nada, realmente la había cagado, pero si tan solo me escuchara, sabría que tenía mis razones, pero él era así, igual de terco como yo, a fin de cuentas, era el "genio". Comenzó a vendar mi espalda dando vuelta la cinta por alrededor de mi espalda alta y mi pecho, no hacía falta verlo para saber que su rostro estaba completamente rojo y su mandíbula completamente apretada. Tiró del vendaje haciéndome soltar un quejido.
- Listo. - Se separó de mi aun con la mandíbula apretada, y con suma indiferencia.
- Tuve mis razones. - Dije con frialdad, estaba cansada de su indiferencia.
- Claro. -
- ¿Qué? -
- Tu siempre tienes tus razones para sacrificar la seguridad de todos ¿No? - Okey, empezó la guerra.
- Si yo salto y ustedes me siguen es absolutamente asunto suyo. Kaela fue un daño que no calcule, jamás creí que ella estaría detrás de mí. Ni siquiera creí llegar a evadir esa bala. - Comencé a levantar la voz sin darme cuenta.
- Ese es el problema Mai, nunca piensas, siempre eres tú, tú y tú, y te vale mierda quienes salgan perjudicados en tus intentos suicidas, si tanto te quieres morir, matate, pero deja de meternos a todos en tu mierda, estoy harto de que mezcles tus problemas con el trabajo, eres policía, entiéndelo o vete.
- ¿Crees que por ser el "genio" tienes derecho de hablarle al resto como quieras Flick?
- No.
- ¡Deja de tratarme como alguien inferior!
- ¡Desde que te conozco no paras de mostrarme eso! Es que tu - Se ahogó en su bronca, y siguió. - ¡Estoy harto de ti! ¡Nunca me escuchas! Te doy una orden y haces todo lo contrario, intentas superarla, pero, ¿Sabes qué? ¡JAMAS SERAS ELLA MAI! ¡La chica asesinada debiste ser vos! Ella era linda e inteligente, no una maldita mocosa inmadura que lo único que sabe hacer es meterse en medio de asuntos que no le corresponden y así poner en riesgo a cada maldita persona que esté cerca de ella. Nadie puede estar en tu burbuja sin salir lastimado.
- Mira quien habla, al menos no asesinaron a mi hermana por ser una cobarde. - Dije intentando reprimir las lágrimas, sin tan solo supiera.
- Lo único que haces es lastimar a todos los que alguna vez estuvieron a tu lado, a todos los que alguna vez te quisieron. Ni siquiera podés cuidarte vos misma, a fin de cuentas, siempre tengo que estar ahí para salvarte el culo. No sirves para nada. Estaríamos mejor si estuvieras fuera, es más, estas fuera. - Se volvió completamente frio, ya ni siquiera era capaz de sostenerme la mirada, estábamos gritando, ya todos debieron enterarse, tomé mi placa y camine hasta él, suspire con la cabeza baja, golpee la identificación contra su pecho. Esquivé cualquier contacto, tomé mi mochila y salí de la habitación.
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Vete. (Keith Flick)
FanfictionEl único destino que está 100% seguro, es el de aquel incapaz de pelear por cambiarlo. Ella se enamoró de él. Él estaba enamorado de otra. Él las perdió a ambas, pero un nuevo caso los hizo reencontrarse. Un fuerte pasado los acecha, mentiras a grit...