Capítulo 3.

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El despertador sonó a las 6:47 am, una hora un tanto extraña, pero para ___(Tn) era importante calcular bien el tiempo que dormiría, para esta ocasión fueron seis horas exactas. Se levantó de la cama luego de apagar su alarma, aún con los ojos casi cerrados y con poca energía buscó su uniforme para ponerlo arriba del futon, la ropa interior estaba en el cajón de abajo pero tenía un dilema por cual ponerse, el rojo o el rosado.

Se baño rápidamente con agua helada, olvidaba que no había pagado el agua caliente a su casero. Temblando y lanzando varios insultos, salió y se alistó como todos los días.

Salió de su habitación, caminó hasta su cocina y puso leche a calentar en fuego lento, todavía debía despertar a su hermano.

—¡Keiji! —con delicadeza quitó las sabanas del pequeño, estaba abrazando sus piernas, la noche anterior había mucho frío, así que no le pareció raro —. Vamos, despierta, es hora de empezar el día.

—No quiero —balbuceó girandose al otro lado de su futon, debía conseguírle una cama pronto.

—Ya puse la leche a calentar.

—¿Habrá waffles? —levantó la vista con sueño y curiosidad.

—La próxima semana, lo prometo —le sonrió acariciando su cabeza.

—Esta bien, una semana pasa rápido —amaba que su hermano de ocho años no fuera alguien con problemas de ira y que entendiera las cosas rápidamente.

—Bueno, ven cuando estés listo —___(Tn) se levantó del suelo y salió de ahí dejando la puerta entreabierta como advertencia.

Keiji era un niño más bajo de lo normal, con ojos negros y cabello azul bajo, su singularidad el la llamaba Temperatura, algo que era simple; puede regular la temperatura de su cuerpo y el de otras personas al tocarlo, pero no podía controlarlo mientras dormía, además que tenía grandes ideas para ayudar en los trajes de héroes. Su sueño: estudiar en la U.A.

La muchacha había ahorrado desde que comenzó a trabajar, quería que su hermano cumpliera su sueño a cualquier costo, así que la escuela para la adolescencia paso a segundo plano, aunque iba obligadamente.

—¡Gracias por la comida! —dijo Keiji sentándose en su silla.

—¡Disfrutala! —contestó su hermana mientras cocinaba sus almuerzos.

Al terminar su rutina mañanera, llevó al pequeño a la escuela.

—Tienes algo de dinero en la mochila por si quieres comprar algo extra —recordó ___(Tn) mientras le acomodaba la corbata a su hermano —. Y recuerda que la señora Yukise viene por ti hoy.

—Oh, sí, cuidaré a sus gatos —mencionó con una sonrisa —. Y comeremos algo occidental, te llevaré un poco.

—Gracias Keiji —sonrió mientras se ponía en pie —. ¡Ah! Y si quieres algo dulce, puedes llamarme a la tienda.

—¿Y si quiero que vayas por mi?

—También llamame, pero solo si de verdad quieres que vaya por tí.

—Bueno —cantuneo para comenzar a alejarse.

—Que tengas un buen día —deseó, le hizo un gesto de despedida con la mano y se quedó ahí hasta que el niño estuviera dentro de la escuela.

(. . .)

Por la tarde ___(Tn) caminaba lo más rápido posible, estaba llegando tarde, sabía que Yui no le diría nada, pero la puntualidad era muy importante. Entró por la puerta trasera que estaba en la cocina.

—¡Lo lamento, llego tarde! —dijo entrando a su trabajo.

—No pasa nada ___(Ta), eres una estudiante, puedes atrasarte aveces —Yui le dedicó una linda sonrisa y le entregó su delantal.

Yui tiene 26 años, era la encargada de una de las tiendas de sus padres, aunque fuera raro ninguno de sus familiares parecía la edad que tenía y justamente eso le hacía ver como una adolecente de 17 años.

—¡Eso no es excusa! —dijo ___(Tn).

—¿Cómo te fue hoy? —cambió de tema, su acompañante se cambiaba los zapatos escolares por unos zapatos más cómodos.

—Bueno, la próxima semana estaré en época de exámenes.

—Así que no vendrás a trabajar.

—¡Claro que sí!

—Oh no querida, estoy afirmando que no vendrás.

—¿Q-qué? pero... —el frío recorrió su cuerpo, ¿no ir al trabajo? ¡¿No ganar dinero?!

—No te preocupes, no te descontare nada —le sonrió, ___(Tn) soltó un suspiro de alivio —. Pero deberás de concentrarse y sacar buenas calificaciones.

—¡Lo prometo! Muchas gracias —hizó una reverencia algo exagerada.

—¡Muy bien! Hora de trabajar. Iré a abrir —antes de que saliera de la cocina, volteó para verla —¡Figthing!

—Figthing —repitió en un susurro con una leve sonrisa.

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¡Vuelve pronto! [Tamaki Amajiki] HAITUSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora