Él era un chico de dieciséis años, alegre, pleno, salía con chicas, tenía amigos, lo normal, si es así como se le llama.
Iba todos los días a la secundaria, se había vuelto rutina llevarse una cita a detención. ¿Chico malo? Exacto.
Era de esperarse si tenía tantas chicas por detrás, ya no tenía una sola sombra.
Completamente diferente a él, estaba Louis, era pacífico, un buen estudiante, nadie lo seguía, y si lo hacían, él no se daba cuenta.
¿Quién creería que estos dos chicos llegarían a llevarse bien? Nadie, absolutamente. Como todos lo llaman, caminos opuestos.