Louis.
Desperté de un plácido sueño, me levanté para estirarme.
De nuevo.—Gruñí mirando mi erección. Ese sueño estuvo más caliente de lo normal, mierda, se oían susurros en toda la habitación, si que le dolía. Me dispuse a levantarme de la cama y tomar una ducha de agua fría, claro, así se me quitaría la calentura.
Es increíble como mi mente imagina todas esas cosas, desde una mamada, hasta follarlo sin un mañana, ¿Porqué si ni si quiera le hablaba? Ni una mirada hemos cruzado,y ya me hacia hasta soñar con él. Y no de esos sueños donde sólo se besan, ese no era mi único objetivo.¿Qué era esto?
Bajé las escaleras, y como de costumbre, mi madre no estaba ahí, ¡sorpresa! Tampoco estaba mi almuerzo, bufé e hice una mueca, salí de casa con la misma. Aún era temprano así que podía hacer tiempo, definitivamente este no era mi día.
Después de unos minutos un auto paso al frente mío y se detuvo en frente de la banca donde me había sentado.
¡Los enanos también madrugan!—Se oyó una voz ronca dentro del automóvil y me dispuse a mirar dentro. Mierda, era él.
Sí, también los "enanos" madrugamos.—Bufé.
-¿También se despiertan de mal humor? Hey, enano, ¿quieres que te lleve?
¿Qué haría ahora? Aceptaré, en fin, ¿qué puede pasar?Está bien, jirafa. Para ser nuestro primer encuentro, no ha sido de lo más agradable. Me subí a su auto, abroché el cinturón y lo miré, era tan lindo, ¿Porqué habrá querido llevarme?
-Veo que no desperdicias tu tiempo y vienes al parque, eh.—Sopló a mi rostro y pude percibir el olor a cigarrillo.
¿Has fumado?—Formé una mueca en mi rostro y lo miré.
-¡Vaya! Lo has adivinado.—Soltó una risa burlona y me miró de reojo.
Ignoré completamente su comentario, vaya que era sárcastico.
¿Porqué te has ofrecido a llevarme? Ni si quiera nos conocemos y..—Me interrumpió poniendo su dedo índice sobre mis labios, una sonrisa malévola se formo en su rostro y me miró fijamente a los ojos.
Enano, necesitaba que me hicieras un favor, yo tenía que hacerte uno para que me lo hicieras, ¿me equivoco?—Negué, me había dejado sin palabras, de hecho, él no se había equivocado, aclaré mi garganta y me dispuse a contestarle, ya lo había hecho, físicamente, más no oralmente.
¿Qué tipo de favor?—Arquee una ceja y seguí mirándolo. Era obvio, alguna tarea, un proyecto, ¿qué más podría esperar?
-Necesito tu ayuda para..—Sacó de su bolsillo una nota y me la tendió, la tomé y la puse ahora en el mío, no la leería, simplemente su mirada me lo dijo, pero no pude dejar de pensar en lo que decía, la curiosidad me envolvía, causandome suaves escalofríos.