5. La espina

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Me gustaría poner un despertar poético, en el que los suaves rayos de sol me despertaron, mientras sonaban los pajaritos y me levanto con el hombre de mi vida a mi lado, realidad: Harry se revolvió en sueños y me ha tirado de la cama, un buen comienzo de mañana sin duda.

Me levanté y estiré y vi al alfa durmiendo profundamente en la cama. Con cuidado de no despertarle cogí las zapatillas e intenté salir sin hacer ruido, pero como siempre mi buena suerte está presente y me di con la mesilla en el dedo meñique del pie

-¡La madre que me compró!- me tiré al suelo mientras me agarraba el pie.

-Mmm ¿Que ha pasado?- dijo somnoliento

-Seguro que mi dedo roto me genera una hemorragia interna, que hará que muera, creo que me duele un poco el brazo voy a buscar el internet síntomas de....- viva mi hipocondría

-Eres un exagerado- respondió riendo- ahora vamos abajo y te pongo una tirita.

-¿Por qué la vida me odia?

-No culpes a la vida de tu torpeza- se levantó, se acercó a mí y me tocó el dedo- Mmm parece que lo van a tener que amputar, una pena.- dijo intentado aguantarse la carcajada

-No tiene gracia.

-¿Quieres que te baje en brazos como una princesa en apuros?

-Lo primero por muy exagerado que sea sólo me he dado un golpe en el dedo no me he roto la pierna y segundo yo no soy una princesa en apuros y aunque lo esté me salvo a mi mismo- me puse en pie, le saqué la lengua y bajé a la cocina.

Los señores Styles se habían ido a trabajar y la verdad lo prefería así, ayer por la mañana la situación con el señor Styles no había sido muy cómoda y más sabiendo todo lo que sé.

Me serví un poco de café con leche y mi curiosidad me llevó a merodear por el salón, con mucho cuidado de no derramar el café (no quiero tentar al universo).

En una de las mesillas reposaban varios marcos de fotos bien colocados y en ellos se veía a Harry con otra alfa algo más mayor.

Tenía el pelo castaño igual que Harry pero los ojos eran azules como los de Anne. Salía en todas las fotos, desde las de pequeños hasta una que parecía de hace un par de años.

-Es Gemma, mi hermana.-Harry apareció por detrás del susto casi tiro la taza al suelo (casi, pensabais que se me iba a caer ¿eh?)

-¿Y como es que no sabía de su existencia?

-No vive con nosotros, tiene veintidós y el año pasado acabó la carrera que la estaba haciendo en Columbia ahora vive su vida libremente y va a su rollo.- el tono que usó era raro, como si no estuviera cómodo hablando de ella

-No quiero meterme dónde no me llaman pero ¿te llevas mal con ella?

-Simplemente tenemos nuestras diferencias, además hace mucho que no nos vemos solo viene a casa por navidad y poco más. Aunque casi siempre ha ido por libre, va con su carácter.

No sabía que decirle, sinceramente a pesar de mis diferencias con Liam, mi hermano es la persona más importante de mi vida (Os quiero mamá y papá) y no concibo una vida sin contacto con él.

-Dejando estos temas a un lado, voy a por tu tirita y procura no tirar nada, van a ser cinco segundos, intenta batir tu récord sin liarla- bromeó

-¿¡Por quién me tomas?!- respondí riendo y le di suavemente

Subió las escaleras hacia el cuarto de baño y cuando yo estaba apunto de sentarme e intentar estar quieta llamaron a la puerta.

-¡Abre!- dijo Harry desde el baño-¡Creo que es un paquete de mi madre!

Fui hasta la puerta y sin mirar por la mirilla abrí. Pero ante mi no había un repartidor sino Kiko, con una sonrisa falsa y ensayada que se esfumó al verme.

- Podrías disimular un poco mejor tu decepción, aunque supongo que esperabas a Harry.

-La verdad es que sí, ¿está en casa?- la duda, que puede más mi conciencia o el hecho de que quiere tirarse a mi novio, creo que es decisión fácil.

-No, ha salido a....emm...con Ed y Mitch y no va a volver hasta muy tarde así que lo siento pero...-ya estaba cerrando, algo me iba a salir bien por fin

-Toma aquí la tienes luego te doy otra para que te la cambies, aunque con lo exagerada que eres no me extrañaría que me pidieras una muleta- Mierda, la bruja de Kiko sonrió

-Hola Harry, Louis me había dicho que no estabas en casa. -Será arpía- Venía a proponerte tomar un café, el otro día casi no pudimos hablar.

Harry me miró entre divertido y reprochando- Lo siento estos días estoy muy ocupado. - esta vez sonreí yo

-Oh venga Harry, hemos sido amigos es sólo un café amistoso si quieres que sea en tu casa para Louis se quede tranquilo. - no me gustaba el tono, ni un pelo.

-Vale- ¿Qué? Miré a Harry con cara de tan tonto eres que crees que no tiene intenciones ocultas.

Y él notando mi descontento me puso la mano en el abdomen echándome para atrás, por si acaso saltaba encima de ella o algo así.

-Perfecto, el viernes a las seis me paso por aquí, necesitamos ponernos al día - ahora sí cerré la puerta.

-Solo es un café

-Desde luego los alfas no pilláis las indirectas- dije mientras volvía al salón a sentarme para ponerme la tirita en el dedo.

-Solo quiere ponerse al día conmigo, éramos amigos antes de que yo me la...-una mirada mía le frenó, hablar de eso otra vez no era lo mejor y más cuando estoy intentado calmarme.

-Todo lo que ha dicho se traduce en un "Quiero acostarme contigo"

-Puede, pero yo no quiero

-Eso espero o Zayn vendrá aquí mismo a matarte.

-Ahora no me preocupa Zayn o Kiko, sólo quiero estar contigo, hoy te voy a llevar a comer helados.

-¿Para que tenga que reservar dos asientos en el avión de vuelta en vez de uno por qué no voy a Caber?- respondí riendo.

-Exacto- y me dio un suave beso- Y repito deja de pensar en eso y piensa en el sabor del helado que vas a comer.

Asentí pero en el fondo la espina estaba ahí clavada y parecía que no había manera de sacarla de ninguna manera, así que lo único que podía hacer es intentar ignorarla aunque siguiera ahí y no fuera a salir.

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Ese virgen fue mío (Larry stylinson, omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora