Saint Weasley ⸻ Fred Weasley

Twelve. Library.

SAINT WEASLEY, FRED WEASLEY
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Aún faltaban pocos meses para otoño, Rose esperaba con ansias las fechas invernales, Rose desayunaba en el comedor con sus dos amigas, la mesa estaba medio llena, al igual que las otras mesas de las otras casas.

—¿Entonces, ya nos contarás? —habló Jenni y Rose la miró confundida.
—De tus vacaciones —intervino Melissa dándole un codazo a Jenni en las costillas.
—Oh, pues desde el primer día que estuve con mi papá

Ambas chicas se miraron con la boca abierta, un gran error, Melissa y Jennifer no tenían idea que hablaba con su padre.

—¡¿Estuviste con tu padre?! —ambas alzaron la voz con sorpresa e inmediatamente algunas miradas se fueron hacia las chicas.
—¡Cállense! —dijo Rose en un susurro alto.
—¿Estuviste con tu papá? —preguntó Melissa en un susurro.
—Después les cuento —Rose habló mientras metía una tostada a su boca y sus amigas asintieron.

Sus amigas pasaron la mayor parte del día esperando alguna respuesta de Rose pero no contestaba, simplemente les dirigía malas miradas o les susurraba "más tarde, tonta", Por fin había comenzado el receso, sus amigas la miraban impacientes.

—Bien, les contaré —sus amigas soltaron un chillido— pero tenemos que ir al patio, lejos —sus amigas asintieron.

Abandonaron el comedor y caminaban en silencio hasta el patio, la vista era fenomenal, los lindos pastizales estaban de un color verde vivo, tenía diversas fuentes y algunos animalitos caminando por el pasto, se sentaron cerca de una fuente totalmente vacía y comenzó a hablar.

—Cuando se hizo noticia que Sirius Black escapó de azkaban, tenía miedo, creí que vendría a buscarme y mataría a todos —sus amigas la miraban— todos me decían cosas horribles durante los corredores o entre clases, un día recibí una carta y cientos de dulces y días después recibí paquetes con regalos de mi papá.

—¿Los grandes paquetes que no venían firmados eran de tu papá? —preguntó Jenni asombrada y Rose asintió.
—Me manda cartas cada oportunidad que tiene
—Mierda, o creía que tenías algún pretendiente y por eso no dejabas que viéramos tus cartas
—Pero tu papá sigue siendo un asesino... —Jenni murmuró.
—¡Jenni, que grosera! —Melissa espetó pellizcando a Jenni.
—No, Meli, es lo que todos piensan —ambas miraron a Rose con asombro— no es ningún asesino.

Rose pasó la siguiente hora explicando lo que realmente había pasado con su padre, los padres y el señor oscuro, sus amigas estaban asombradas del todo.

—¿Entonces te estás ligando a uno de los pelirrojos? —preguntó Melissa quitándose el sombrero del uniforme.
—¿Qué pelirrojo? —preguntó Jenni sentándose en la cama de Rose.
—No me estoy ligando a nadie —dijo con una pequeña sonrisa.
—¿Entonces por qué estabas celosa de April Brown el día en que fuiste a mi casa? —Rose se sintió acalorada.
—¿April Brown? —Jenni preguntó dudosa— explíquenme que no entiendo nada de o que están hablando —Se cruzó de brazos sobre su pecho.
—Aquí, la señorita Black, estaba con tres guapos pelirrojos, aparte de Harry Potter —Melissa soltó una risa tonta.
—¿Quiénes eran? ¿tienes alguna foto de ellos? —preguntó Jenni con ansias.

Rose negó, pero a su mente vino el recuerdo de la vez que Fred tomó una foto de ambos y que ella estaba dormida en su hombro.

—¡Si tengo una! —Rose sonrió mientras sacó el pesado baúl.

Las chicas presentes miraban con atención a los movimientos de Rose, sacó una pequeña caja llena de cartas y algunas fotos, hasta que sacó una y tenía una enorme sonrisa en su rostro.

—El es Fred Weasley —le entregó la foto a su amiga —su amiga examinó la foto y la miró co la boca en forma de "o".
—¡Es guapísimo! —Jenni volvió su vista a la foto.
—Tiene un gemelo, ¿no? —preguntó Melissa tomando la foto.
—Sí, George, también tiene un hermano menor, Ron, ah y otros dos —Rose sonrió.
—Dios, que tiene hermanos para cada una, ¿eh? —Jenni sonrió y Rose rodó los ojos.

Rose tomó la foto y volvió a guardarla, tomó los libros que estaban en su cama y sus amigas hablaron.

—¿Irás a la biblioteca? —preguntó Jenni tomando sus libros.
—Sí, dejaré un libro, me he equivocado del volumen, además tengo qué ir a investigar algo —dijo Rose con tres libros en sus manos.
—Iré contigo, tengo que ir por un libro extra —dijo Jenni.
—Ah no, no me quedaré aquí sola, iré con ustedes —Melissa se puso de pie.

Las tres chicas emprendieron su camino hasta llegar a la biblioteca, estaba en silencio, la gruñona bibliotecaria las calló.

—¡Sin ruidos! —dijo en un susurro.

Rose, Jenni y Melissa se miraron conteniendo su risa, ¡Ni siquiera estaban hablando!, se sentaron dentro de un pasillo, mientras Rose dejó un libro escuchó murmullos, movió un libro y la conversación fue más clara.

—¿Entonces Harry Potter estuvo en casa de Abbott? —habló una voz masculina.
—Sí, me contó que estuvo encerrado en una habitación con Rose Black —el otro chico hizo un ruido de sorpresa— Chandler asegura que Rose tiene uno de los mejores culos del colegio.

Rose miró perpleja a sus amigas quienes escuchaban en silencio.

—Se nota, ¿has visto cómo se levanta la falda de Rose con cada paso que da?, cómo sea, yo me encerré con su hermana ese mismo día, si Chandler se entera seguro me mata —soltó una risa sarcástica.

Rose quitó el libro y su mirada conectó con uno de los chicos, ambos soltaron un grito ahogado.

—¿Qué mierda están diciendo de nosotras? —Rose apuntó con la varita a ambos chicos, una vez que entró al pasillo en que ellos se encontraban.
—¡Nadie está hablando de ustedes, egocéntrica! —Habló un chico moreno.
—Te hemos escuchado, cabeza de balón —Jenni interfirió— ¿tan poco hombres son para hablar de lo que hacen con las chicas? —Jenni los apuntó con la varita— ¡Rictusempra!

Los chicos comenzaron a reírse, y ellas corrieron al pasillo donde estaban antes, la bibliotecaria se acercó bastante furiosa mientras apuntaba a los chicos con su varita, los sacó flotando mientras gritaba una y otra vez «¡Dejen de reírse!, no es el patio, es una ¡BI-BLIO-TE-CA!»

—¡Hombres! —suspiró Jenni viendo a sus amigas— yo no juzgo, que ustedes les encante meterse con neandertales no es mi problema —dijo Jenni con una sonrisa juguetona que contagio a ambas.
—Entonces... —Melissa habló sin despegar la vista de su libro— tu y Chandler, ¿eh? —Rose miró a su rubia amiga quien tenía una prominente sonrisa.
—¿Qué me cuentas de Dubois? —Preguntó Rose refiriéndose al chico moreno que tanto le gusta a Melissa.
—Está bien, ya no diré nada —Melissa tenía un leve sonrojo en sus mejillas.
—¿Se quedarán así? —habló Jenni indignada— ¿no harán nada al respecto contra esos idiotas?
—¿Qué podríamos hacer? —preguntó Melissa y una gran maliciosa sonrisa salió de los labios de Jenni.
—Acusarlos —dijo tranquila.
—Sólo los castigarían una semana y tal vez digan «Ese no es asunto nuestro, señoritas» —Rose imitó la voz de un profesor.
—Tranquilas, cuando tenga todo listo nos vengaremos —Jenni cerró su libro.
—¿Vengaremos?, me suena a manada —Melissa habló.
—Melissa, no permitiré que hablen así de ustedes, además, apuesto cinco sickles a que ya le habrá contado a más personas.
—Tienes razón —Melissa habló preocupada— ¿tu te encargarás de todo? —preguntó.
—Ustedes tranquilas, yo nerviosa —les guiñó el ojo.

Jenni salió de la biblioteca a paso lento y Rose pensó: ¿Qué hará la maniática?