EN EL REINO DE KONOHA, donde existen cosas como las botas de siete leguas y las capas de invisibilidad, ser el mayor de dos hermanas es una desgracia. Todo el mundo sabe que el mayor es el que fracasa primero, sobre todo si los tres salen a buscar fortuna. Kakashi Hatake era el mayor de dos hermanas. Ni siquiera era hijo de un leñador pobre, lo que podría haberle dado alguna oportunidad de triunfar, sino que sus padres tenían una sombrerería de señoras en la próspera ciudad de Konoha donde vivían desahogadamente.
Eso sí, su madre murió cuando Kakashi tenía dos años y su hermana Rin uno, y su padre se había casado con la ayudante de la tienda, una joven guapa y rubia llamada Tsunade. Al poco tiempo Tsunade dio a luz a su tercer hermana, Anko. Según eso, Kakashi y Rin deberían haberse convertido en las hermanos feos, pero lo cierto es que los tres infantes crecieron muy hermosos, aunque todo el mundo decía que el de los tres, era Rin con más belleza. Tsunade trataba a sus hijas e hijo con el mismo cariño y no favorecía a Anko en absoluto.
El señor Hatake se sentía orgulloso de sus tres hijos y los envió al mejor colegio de la ciudad. Kakashi era él más estudioso. Leía mucho y muy pronto se dio cuenta de las pocas probabilidades que tenía de que el futuro le deparase una vida interesante. Se llevó una desilusión pero siguió viviendo feliz, cuidando de sus hermanas y preparando a Anko para que buscara su fortuna cuando llegara el momento.
Como Tsunade estaba siempre ocupada en la tienda, Kakashi era el encargado de cuidar a sus hermanas. Las pequeñas no dejaban de pelearse y tirarse de los pelos. Rin de ninguna manera se resignaba a ser la que, después de Kakashi, tendría menos éxito.
—¡No es justo! —gritaba Rin—. ¿Por qué tiene que llevarse Anko lo mejor solo por ser la pequeña? ¡Pues yo me pienso casar con un príncipe, hala!
A lo que Anko siempre replicaba que ella iba a ser riquísima sin necesidad de casarse con nadie. Entonces tenía que venir Kakashi a separarlas y arreglarles los desgarrones de la ropa. Era muy habilidoso con la aguja. Incluso llegó a hacerles vestidos a sus hermanas. Antes de que esta historia comenzara de verdad, a Rin le cosió un vestido de un rosa intenso para celebrar la fiesta de mayo, que en opinión de Tsunade parecía salido de la tienda más cara de Konoha.
Por aquella época, todo el mundo había vuelto a hablar de la bruja del Páramo. Se decía que había amenazado de muerte a la hija del Rey, y que este había enviado al Páramo a su mago personal, el mago Tobirama, para que se encargara de ella. Y, al parecer, el mago Tobirama no solo había sido incapaz de cumplir el encargo, sino que a bruja había acabado con él.
Así pues, cuando unos meses más tarde apareció de repente un castillo alto y negro sobre las colinas de Konoha, despidiendo columnas de humo sucio por sus cuatro torres, todos estuvieron convencidos de que la bruja había vuelto a salir del Páramo y estaba dispuesta a aterrorizar al país como lo hizo cincuenta años atrás. La gente estaba muy asustada.
Nadie salía solo, especialmente de noche. Y lo más terrorífico era que el castillo no siempre estaba en el mismo sitio. A veces, el castillo se veía como una mancha alta y negra en los terrenos yermos al noroeste, otras sobresalían sobre las rocas al este, y en algunas ocasiones se acercaba a la ladera y se colocaba sobre los brezos, al norte, un poco más allá de la última granja. De vez en cuando se movía, echando bocanadas de humo gris y sucio por sus torres.
ESTÁS LEYENDO
Howl's Moving Castle「ObiKaka」
Fanfiction𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍: Del libro Howl's Moving Castle. (El increíble castillo ambulante) En el país de Fuego, donde existen cosas como las botas de siete leguas o las capas de invisibilidad, que una bruja te maldiga no es algo inusual. Cuando la Bru...