Decidió que lo único que podía hacer era demostrarle a Obito que era un excelente limpiador, un auténtico tesoro. Se ató un trapo viejo sobre el pelo plateado, se remangó el traje sobre los brazos arrugados y delgaduchos y se colocó un mantel que sacó del armario de las escobas como si fuera un delantal. Era un alivio que solo hubiera cuatro habitaciones que limpiar en lugar de un castillo entero.
Agarró un cubo y una escoba y se puso manos a la obra.
—¿Qué haces? —gritaron a coro Naruto y Kurama horrorizados.
—Limpiar —replicó Kakashi con firmeza—. Esta casa es un desastre.
Kurama dijo:
—No hace falta.
Y Naruto murmuró:
—¡Obito te va a echar!
Pero Kakashi los ignoró a los dos y empezó a levantar nubes de polvo. En medio de todo esto, se oyeron nuevos golpes en la puerta. Kurama ardió con fuerza:
—¡Puerta de la aldea del Sonido! —con un gran estornudo llameante que lanzó chispas púrpuras a través de la polvareda.
Naruto dejó la mesa y fue hasta la puerta. Kakashi espió a través del polvo que estaba levantando y vio que esta vez Naruto giraba el pomo cuadrado de madera de forma que el lado con la mancha azul apuntara hacia abajo. Cuando abrió la puerta, la calle era la misma que se veía por la ventana y se encontró con una niña pequeña.
—Por favor, señor Uzumaki —dijo—. He venido por ese conjuro para mi madre.
—Un conjuro de seguridad para el barco de tu padre, ¿no? —dijo Naruto—. Un momentito —volvió a la mesa, cogió una jarra de las estanterías y de un frasco vertió una cantidad del polvo en un trozo de papel. Mientras tanto, la niña observaba a Kakashi con tanta curiosidad como Kakashi a ella.
Naruto retorció el papel con el polvo dentro y regresó dando instrucciones—: Dile que lo espolvoree por todo el barco. Durará para la ida y la vuelta, incluso si hay tormenta.
La niña tomó el papel y le entregó una moneda.
—¿El hechicero ahora tiene también un brujo trabajando para él? —preguntó.
—No —respondió Naruto.
—¿Te refieres a mí? —preguntó Kakashi—. Ah, sí, hijita. Soy el brujo mejor y más limpiador del todo el Fuego.
Kakashi cerró la puerta, con expresión exasperado.
—Ahora se enterarán en todo la aldea del Sonido. Puede que a Obito no le agrade —volvió a girar el pomo con el verde hacia abajo.
Kakashi se rió un poco para sus adentros, sin arrepentirse lo más mínimo. Probablemente había permitido que la escoba que estaba utilizando le diera ideas. Pero también podría convencer a Obito para que lo dejara quedarse si todo el mundo pensaba que trabajaba para él. Su comportamiento le parecía muy raro. Cuando era joven, Kakashi se habría muerto de vergüenza al ver cómo estaba actuando, pero ahora, al ser un anciano, no le importaba nada de lo que hacía o decía. Sintió un gran alivio.
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Howl's Moving Castle「ObiKaka」
Fanfiction𝐀𝐃𝐀𝐏𝐓𝐀𝐂𝐈𝐎́𝐍: Del libro Howl's Moving Castle. (El increíble castillo ambulante) En el país de Fuego, donde existen cosas como las botas de siete leguas o las capas de invisibilidad, que una bruja te maldiga no es algo inusual. Cuando la Bru...