Capítulo 64

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Aria

5 de Diciembre – 01:39 AM

Liyue - Montaña Hulao

Tras advertir a la Geoarmada dónde se ubicaban aquellos malhechores, para que fueran apartados de las calles, Xiao y yo acabamos tumbados sobre la hierba cercana a un lago. Era un lugar que yo conocía bien, allí había pescado mis primeros peces a mano (sin ni siquiera una caña de pescar) cuando el adeptus me hacía dormir en una cueva. Era extraño regresar como marido y mujer a un lugar donde nos dimos aquellos primeros besos forzados, debido a la maldición que padecía. Parecía que habían pasado años desde aquello, desde... que lo encontré agonizando en el santuario.

Y ahora estaba ahí, a mi lado, en completa calma, mientras miraba el cielo.

-Aria: aún me duele que me dijeras que besaba mal –me quejé, usando mis brazos de almohada sobre la hierba.

-Xiao: y besabas mal –¡pronunció sin piedad!

Le di una patada, pero apenas removí, levemente, los abalorios dorados que portaba en sus gruesos pantalones.

-Aria: entonces ya no te besaré más –inflé mis mofletes, profundamente ofendida.

Él me sonrió con picardía. Sabía bien qué iba a hacer, así que me incorporé para salir corriendo. Sin embargo, ni siquiera pude comenzar a huir, pues se abalanzó sobre mí, postrándome de nuevo sobre la hierba.

Debía admitir que tampoco había puesto demasiado empeño en escapar. Tal vez quería que me atrapara cuanto antes, y el peliverde lo percibió al instante.

Mientras se cernía sobre mi cuerpo, yo acaricié la parte trasera de su cabeza. Me encantaba tocar aquel cabello que siempre quedaba alzado detrás de él, como si sus mechones fueran tan puntiagudos como su máscara o su hombrera. Parecía un erizo, cuyos pinchos ahora no eran alzados ante mí.

Jugué con él, tratando de evitar sus labios, hasta que sus ahora sensuales ojos dorados me hechizaron y no pude seguir apartando su fiero, y a la vez hermoso, rostro.

Recibí su breve beso con hondo gozo. Y, cuando se apartó de mí, tenía claro qué debía decir:

-Aria: besas fatal.

Levantó una ceja.

-Xiao: mientes fatal –me desbarató despiadadamente.

Y me sonrojé de forma inevitable ante aquella mirada que ahora se mantenía demasiado cerca.

-Aria: ¡te odio! –expresé, nerviosa.

-Xiao: y vuelves a mentir –declaró por última vez, antes de volver a besarme.

Las luciérnagas que, en su día, nos rodearon en nuestros primeros e incómodos besos... hoy sí que creaban una atmósfera digna de película. 

El Pecado del Alquimista 2 [+18] (Genshin Impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora