Ningun joven de verdad debería tomar clases de un cortesano...
Lee Minho, el nuevo esposo de Christopher Bang, quinto duque de la dinastía Racha, es la encarnación del novio perfecto. ¿Qué diría entonces la sociedad si lo vieran con una copia de Los...
Evitad a los hombres que fingen ser lo que no son. La personalidad de un amante siempre es importante, aunque lo único que busquéis en sus brazos sea un goce transitorio. Yo siento un particular afecto por los hombres licenciosos, porque son francos y claros sobre la naturaleza fugaz de su interés. También poseen un encanto irresistible. El joven que logre conquistar el cariño sincero de uno de ellos, será en verdad afortunado.
Del capítulo titulado
«Esos adorables caballeros traviesos»
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Los caballos eran los animales magníficos que avanzaban a la par, pero los hombres que los montaban eran muy Hyunjin, por supuesto, había escogido un semental árabe, su raza favorita; una bestia que podía ser difícil de dominar, pero el esfuerzo valía la pena si lo que buscabas era resistencia y velocidad. Su hermano mayor, como era de esperar, montaba un purasangre con las patas esbeltas, unas ancas enormes y unos cuartos creados para las distancias cortas. Era un velocista extraordinario y famoso entre los purasangres británicos. Thebes había ganado una fortuna en premios, y ahora estaba retirado y dedicado a la cría, pero Christopher lo montaba porque además de ser una inversión, era su caballo favorito.
Hyunjin pensó con ironía que eran muy apropiados el uno para el otro: un aristocrático duque y un distinguido campeón. Aunque en ese momento la serenidad y prestancia contenida, habituales en su hermano, se ocultaban bajo una expresión severa.
-Mi esposo me tiene desconcertadísimo.
-¿Confundido por un joven? -Era imposible no reírse. -Qué concepto tan novedoso.
Christopher le lanzó una mirada de reproche.
-Tus burlas no me ayudan.
-¿Es ayuda lo que quieres?
Al cabo de un momento, Christopher se mostró evasivo.
-Tal vez. Él se comporta de forma errática.
Era una tarde de otoño preciosa y el parque estaba bastante lleno. Ambos saludaron a varios conocidos y siguieron avanzando en silencio, hasta que volvieron a quedarse solos. Sobre ellos se extendía un cielo de un azul exquisito, salpicado de nubes diáfanas.
-La semana pasada, en el almuerzo de cumpleaños de la abuela, Minho me pareció de lo más normal -comentó Hyunjin con discreción. -Yo no lo habría calificado de errático, pero también es verdad que no lo veo a diario.
Era cierto. Él tenía casa propia en la ciudad, y prefería no vivir en la grandiosa residencia familiar. Hyunjin no era el duque, ni siquiera el segundo en la línea sucesoria (su segundo hermano, Felix, era quien ostentaba tal distinción en ese momento), y a él le encantaba actuar a su antojo, sin cortapisas.
De nuevo Christopher vaciló de un modo evidente, y tensó tanto las riendas que Thebes sacudió la cabeza. Él le palmeó el cuello a modo de disculpa.