La filosofía del romance

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obstáculos que encontramos en el camino en lugar de intentar esquivarlos. Con el amor sucede lo mismo.

 

Del capítulo titulado:

 

«La filosofía del romance»

 Tengo entendido que Hyunjin se marchó muy temprano

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 Tengo entendido que Hyunjin se marchó muy temprano.

Jeongin alzó la vista de pronto, sin saber cómo interpretar el comentario de Choi Beomgyu, si es que había que interpretarlo de algún modo. Puede que el hombre solo quisiera charlar.

—No me diga. —Jeongin cogió un trozo de tostada y le dio un mordisquito.

—Al amanecer. Hace un día horrible para viajar, ¿verdad?

El señor Choi echó un vistazo a las manchas de humedad que había en la ventana. Era una mañana melancólica y gris, pero al menos coincidía con el final y no con el principio de la reunión. Cuando Jeongin se levantó y bajó a desayunar al enorme comedor, descubrió que Hyunjin había sido fiel a su palabra, y se había marchado a Seúl horas antes, pese a la llovizna que no cesaba de manar de un cielo brumoso.

—Al menos hemos disfrutado de mucho sol durante nuestra estancia.

Fue una observación banal. Jeongin confiaba en que el bonito viudo intentara entablar conversación sin más, pero el tema que había escogido lo puso en guardia. Ellos eran los dos últimos invitados que habían acudido a la colación matutina, y se sentaron con una relativa privacidad en un extremo de la mesa. Jeongin estaba casi seguro de haber dormido apenas una hora, dudando si aquel beso turbador era algo que debía celebrar, o si tan solo estaba destinado a ser un recuerdo agridulce.

Beomgyu se acercó la mermelada.

—Bien, sí, el clima ha sido generoso. La compañía deliciosa, también. El duque ha realizado una labor admirable para ser alguien tan joven y nuevo en su posición. Al fin y al cabo se ha casado con un miembro de una familia muy ilustre. Estoy seguro de que usted estará de acuerdo, ya que también aspira a formar parte de él a través del matrimonio.

Jeongin, que esperaba cualquier cosa menos ese comentario tan franco, se comió una cucharada de huevos revueltos para disimular que se había quedado sin habla. Luego se dio unos toquecitos en los labios con la servilleta y murmuró:

—Lord Felix sería un buen marido.

—No. —El señor Choi meneó la cabeza y sonrió con malicia. —Sería un buen marido, en opinión de sus padres. Seamos francos. A usted quien la atrae es Hyunjin.

Así que ya había una lista de personas que se habían dado cuenta de su interés por el menor de los Bang. Su padre. Felix. Ahora el joven Choi. ¿Cuántos más? Minho no había dicho nada, pero la verdad es que estaba ocupado seduciendo a su duque.

ᒪᕮᑕᑕIOᑎᕮS ᗪᕮ SᕮᗪᑌᑕᑕIÓᑎ ( 𝐵𝑎𝑛𝑔ℎ𝑖𝑛𝑜)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora