🌹Capítulo 4.1🌹

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Me di media vuelta y miré el reloj. Eran las dos de la madrugada. Vaya, era muy tarde. Por un momento, me pregunté distraídamente cómo habría ido el primer fin de semana de KyungIl y JiEun cuando decidieron los detalles de su acuerdo, hacía ya tantos años. Probablemente él aún estaría despierto. La última vez que hablamos mencionó que su hijo estaba sufriendo unos cólicos terribles. Pero aunque KyungIl estuviera despierto, dudaba mucho que le gustara oír mi voz a esas horas. Lo llamaría después de desayunar. O de comer.

Aparté la vista del despertador y esperé hasta que oí a KyungSoo volver a su dormitorio antes de dejarme arrastrar por el sueño.

...

Poco después de desayunar, él me estaba esperando en el cuarto de juegos. Sentado sobre los talones, con las manos en el regazo y la cabeza gacha. Exactamente como le había dicho que debía esperarme cuando estuviera allí. Al verlo en posición y solo con mi collar puesto, mi polla cobró vida.

—Perfecto —dije—. No esperaba menos. —Advertí el orgullo que irradiaba de su cuerpo—. Levántate, KyungSoo —añadí—. Deja que vea lo que me pertenece.

«Es jodidamente precioso», pensé cuando se levantó.

Tenía la mirada baja, pero podía sentir su expectación y su excitación. Faltó poco para que su energía zumbara por toda la habitación.

Me puse detrás de él, le deslicé una mano por el costado y noté cómo se le aceleraba la respiración. Luego me incliné un poco para susurrarle al oído:

—Hoy te voy a presionar un poco. —Se estremeció bajo mi caricia. Yo proseguí—: Recuerda que puedo hacerlo, porque confío en que utilizarás tus palabras de seguridad si las necesitas. —Le cogí un pezón—. Voy a dejar que hables y te abandones al orgasmo como quieras. Pero seguiré necesitando que seas completamente sincero conmigo cuando te pregunte cómo estás.

Me acerqué al armario y cogí dos pinzas para pezones, unidas por una cadena. Sus ojos me siguieron mientras regresaba y me detenía delante de él.

—Tampoco te voy a tapar los ojos. Quiero que veas todo lo que hago.

Bajé la cabeza y me metí uno de sus pezones en la boca. Deslicé la lengua por la punta y, al hacerlo, le arranqué un gemido. Succioné y alargué la mano para acariciarle el otro pezón. Cuando empezó a estremecerse bajo mis caricias, cambié de postura para prestarle la misma atención al otro pezón.

Luego me incorporé e hice rodar su pezón entre mis dedos y se lo pellizqué mientras observaba cómo se le ponía la carne de gallina. Lo que venía a continuación le dolería un poco y necesitaba asegurarme de que estaba preparado.

—Inspira hondo, precioso —susurré, pellizcándole el pezón con una mano, mientras abría la pinza con la otra. Cuando inhaló, le coloqué la pinza con suavidad.

KyungSoo soltó el aire con un pequeño jadeo.

Yo deslicé la mano por su cuerpo y la acaricié entre las piernas.

—Muy bien.

Repetí el procedimiento con el otro pezón, muy despacio y evaluando su reacción. Lo observé atentamente. Cerró los ojos un momento y se estremeció, pero estaba bien.

—¿Estás bien? —le pregunté al terminar.

Él sonrió.

—Sí, Amo.

Yo le devolví la sonrisa.

—Mira hacia abajo, KyungSoo —dije—. Mira lo travieso que eres.

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2021 ⏰

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AVEZADO  (KaiSoo) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora