G U L F.

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Gulf podría conciderarse muchas cosas, pero inteligente no era una de ellas. Lo supo cuando sintió el puño de ese tipo golpear repetidamente sus costillas y se lamentó haber coqueteado descaradamente con su novia frente a él.

En su defensa, Gulf no sabia que la sensual morena estaba acompañada, se enteró cuando una fuerte y aspera mano lo tomó del hombro sacándolo de la discoteca hacía un callejón oscuro. El problema hubiera tenido una fácil solución si Gulf no fuera un bocazas testarudo y no hubiera intentado coquetear también con el novio de la chica.

— Y esto es por creer que soy un marica como tú— dijo el tipo mientras le clavaba un último puñetazo antes de girarse y dejarlo tirado allí, como un perro sin alma.

Gulf gimió adolorido, intentándo inútilmente ponerse de pie. Desde que descubrió su bisexualidad había estado coqueteando y acotándose con hombres y mujeres, y nunca nadie se habia resistido a sus encantos, hasta esa noche.

Había empezado a llover y él seguía allí, acurrucado junto a un bote de basura mientras se abrazaba los golpes y heridas en su cuerpo. Nunca había sido fan de la violencia, por lo que cuando el chico empezó a golpearlo él se quedó inmóvil solo recibiendo el castigo que sabía que se merecia por su descaro.

¿Qué podía decir? El tipo era ardiente hasta las suelas y él tuvo que intentarlo. Aunque el intento le valió una golpiza casi mortal.

La noche seguía su curso mientras él se lemantaba no seguir los consejos de su hermano Tay y no coquetearle a cualquiera. Había estado tanto tiempo confundido que vió una liberación cuándo aceptó que era bisexual. Ya no tenía miedo de sentir atracción por un chico o por una chica, porque era normal. Él era normal y no un confundido como su padre le quería hacer creer.

Quizás si fuera un poco menos descarado las cosas no se saldrían de control.

Su cuerpo dolía como la mierda y no tenía la fuerza suficiente ni para sacar su teléfono del bolsillo de su vaquero ajustado. Ir sólo había sido una mala idea y sus pensamientos culpables no le hacían sentir mejor.

Escuchó el crujir de unos pasos acercándose a él y apretó fuertemente los ojos. Temía que el tipo no se hubiera conformado con golpearlo y hubiera regresado a matarlo. El lugar estaba oscuro, casi lúgubre. Nadie lo escucharía gritar por el ruido de la discoteca y tampoco lo verían por la densa oscurana.

Todo se quedó silencioso de repente, y Gulf se preguntó si el tipo estaba preparándose para volver a golpearlo o si el crujir de los pasos había sido producto de su imaginación. Estaba aturdido, eso sería lo más probable.

— ¿Estás vivo? — inquirió un voz varonil. Era gruesa y bonita para el gusto de Gulf.

Abrió los ojos y no pudo ver nada, pero podía escuchar una respiración calmada muy cerca suyo.

—... Ayúdame — dijo. Hubiera querido decir más, pero no tenia la fuerza suficiente para hacerlo.

Se sintió mareado de repente, muy conciente del dolor en su cuerpo y de las heridas en su rostro. El olor a sangre era muy fuerte para ese punto y todo le daba vueltas aunque no pudiera ver con claridad.

Lo último que supo fue que estaba siendo cargado y llevado hacia algún lugar, pero no tenia idea de adonde. Cerró los ojos y perdió por completo la conciencia.

Si estaba en problemas, no lo sabía.

Gulf Kanawut no sabía que la persona que lo cargaba estaba a punto de cambiar su vida.

(•••)

No olviden dejar su voto al final del capítulo🌟

El capítulo 2 ya está disponible.

Gracias a las personas que se toman en tiempo de compartir y recomendar mi trabajo, eso me hace muy feliz y me motiva a seguir escribiendo ❤️.

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