¿Qué dirías si de un momento a otro obtienes una extraña habilidad que hará tu vida relativamente fácil además de cambiarla por completo?
Bueno, eso le pasó a Hyoudou Issei, un chico que quedó huérfano cuando tenía 15 años y que vive su día a día pa...
Ahí estaba, tirado en medio de un lugar oscuro con un único resplandor brillando sobre él.
Estaba tirado en posición fetal, aparentemente dormido.
Alrededor de él solo dominaba una infinita oscuridad, no había nada no nadie.
Solo él y un extraño resplandor que lo cubre.
-….i - una voz se empezó a escuchar en el lugar, aunque algo distorsionada.
-...ei - poco a poco la voz empezó a escucharse mejor, era claramente femenina.
-..sei - esa voz llamaba a alguien pero ¿quién?
-.ssei - la voz ya estaba formando el nombre, pero aún así no podía formular bien la palabra.
-¡Issei! - fue el grito que le hizo abrir los ojos.
Él, Hyoudou Issei, se levantó del suelo y miró a su alrededor confundido.
-¿Acaso estoy muerto? - fue su primer pregunta, miró alrededor pero no entendía nada - pero esa voz - susurró intentando recordar donde es que había escuchado esa voz - Alexia - dijo el nombre de quien fue su compañera por cortas semanas.
-¡Issei! - escucho la voz de Alexia provenir desde las penumbras.
Él se puso de pie y mirando a todos lados empezó a gritar.
-¡Alexia! - grito esperando hallarla.
-¡Issei! - la escucho mas cerca, pero aún no la veía.
-¡Alexia! - grito mirando a su alrededor, pero empezó a correr a cualquier lugar, siendo seguido por esa luz sobre él.
-¡Issei! - la escuchó más cerca.
Issei empezó a correr en busca del origen de la voz, esperaba encontrarla.
-¡Issei! - ahora la escucho más cerca.
Miró al frente, donde una pequeña luz se miraba, corrió rápido, tanto que sus ojos se pusieron rojos y su velocidad se volvió exagerada.
Al cabo de unos segundos llegó y miró la silueta femenina.
-¡Alexia! - grito él estirando su brazo izquierdo.
La silueta giro y lo miró extendiendo su brazo izquierdo mientras se acercaba.
-¡Issei! - y la pudo ver, su compañera, Alexia quien sonreía con lágrimas al verlo.
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Los dos se acercaron y cuando sus manos se tocaron, todo el lugar brillo.
Tras unos segundos todo volvió a un color azul cielo, mientras que el piso era de losas blancas y negras cual tablero de ajedrez.
