Me gustaba jugar a las escondidas.
Tu, yo
y nuestros vecinos.Solías perseguirme
como si de un dulce se tratase
Y cuando me encontrabas entre
un banco
y un coche
te lanzabas encima mía
como si de un cuento de hadas se tratase.Echábamos a correr
y no importaba que nos regañaran por no volver
Tu y yo siempre veíamos juntos el anochecer.Se acabó el huir,
ahora no hay ni atardecer
ni anochecer
que haga que se escuchen nuestras risas.No hay tiempo para nada,
ni para jugar,
ni para llorar,
ni para quebrar sentimentalmente.Ahora solo queda
un parque vacío y abandonado,
donde un vagabundo
ha decidido vivir.Tanta adolescencia nos arrebató
nuestro nido de posible amor
y a ti, en particular,
las ganas de experimentar
un primer beso
de ensueño.Preferiste ser aquel pájaro
que le dan de comer
pero sin vuelo.
Aquel que recibía caricias
pero desde dentro
de aquella jaula
que terminaste llamando
Hogar.Prefiero ser un águila
que no come a menudo
Un águila sin mimos
pero que puede alzar su vueloAlgún día, periquito
te enseñaré lo que es volar en libertad.Volveremos a ver
el anochecer juntos
desde algún árbol.
Lo sé.
Lo siento.
Tu también lo sabes,
aunque no lo sientas mucho.De lo único que me arrepiento
es de no haber sido tú dulce favorito
cuando éramos jóvenes
y, sobretodo, atrevidos...
