Me has enseñado que quien te quiere
te hará llorar.
Que no siempre las decisiones que tomo
son las mas apropiadas.
Pero al final,
justo cuando me estrello
siempre estas para recoger esos pedazos rotos que soy yo.
Que aunque queramos tener las dos la razón,
es divertido ver como en la gran mayoría de las veces
eres tu, mamá
quien sale victoriosa.
Que cuando estoy a punto de darme por vencida,
un simple empujón tuyo me levanta
del mismo charco de lágrimas
que yo creé.
Gracias por saber decir las palabras adecuadas en cada momento.
No, justo en su preciso momento.
Por ponerle cariño y comprensión a cada situación
fáciles o difíciles.
Gracias por hacerme la persona mas rica del mundo,
y no me refiero ni a lingotes ni a dinero.
Sino en el sentido mas sentimental
de la palabra.
Gracias por ser tu,
mamá.
